Quizá resulte incomprensible… pero es así. Muchos son los conductores, de cualquier tipo de vehículo, que siguen considerando el trámite de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) como un engorro que les gustaría esquivar. Olvidan de que se trata de una cuestión de seguridad, la única forma de garantizar que el coche, la moto o el comercial se encuentra en condiciones óptimas para circular.
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Argumentos peregrinos como el alto precio de la gestión, las molestias que ocasiona o la severidad del control son utilizados por los negacionistas de la ITV. Todos ellos son rebatibles, como se acaba de confirmar con los últimos datos hechos públicos por la Asociación Española de Entidades Colaboradoras en la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV). Corresponden al número de usuarios que superan la inspección de forma favorable y dejan claro que el inconveniente de las exigencias técnicas entra en el terreno de la invención.
La ITV controla de forma exhaustiva los principales sistemas del vehículo, especialmente los relacionados con la seguridad y el medio ambiente. Una inspección detallada pero que, sin embargo, solo los más descuidados en el mantenimiento tienen problemas en superar. El 81% de los turismos lo hace favorablemente en la primera cita, mientras que este porcentaje se eleva al 99% en el caso de las segundas revisiones. En el caso de las motocicletas, este porcentaje es del 97%.
El problema del absentismo
En todo caso, son datos que deben encuadrarse en un entorno en el que el absentismo sigue siendo la principal preocupación de AECA-ITV. Tanto en coches como en motos el porcentaje de conductores que acceden a las estaciones con la inspección caducada ronda el 50%, lo que significa que durante un determinado tiempo han continuado rodando con su vehículo sin la certeza de que estuviera en las condiciones óptimas para hacerlo.
En las últimas semanas, previas al periodo vacacional, la afluencia de vehículos con la ITV caducada se ha incrementado, lo que apunta a una cierta regularización del fenómeno tras recuperarse la movilidad y de cara a los desplazamientos veraniegos. Al respecto, AECA-ITV recuerda a los usuarios la posibilidad de realizar la inspección hasta 30 días antes de su vencimiento sin que la fecha de validez se vea afectada.
Por el contrario, circular sin la ITV vigente acarrea sanciones entre 200 y 500 euros, más allá del peligro para la seguridad vial que supone viajar con un vehículo con posibles fallos en componente esenciales como frenos, suspensión, dirección o neumáticos.
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