Pocos habrían apostado que 2024 iba a ser el año de los V16. Primero fue Bugatti quien anunció que su próximo modelo estaría equipado con un motor de este tipo completamente nuevo. Ahora recoge el testigo BMW desvelando que su proyecto Goldfisch tuvo segunda parte y ha permanecido oculta durante más de 30 años.
Corría el año 1988 cuando la marca bávara fabricó un prototipo del BMW Serie 7 con un V16: fue bautizado Goldfisch, pero, antes de que pudiera llegar a producción, el proyecto fue cancelado. Lo que nadie sabía es que aquel modelo tuvo una réplica que ahora la marca ha presentado en sociedad con motivo de Techno Classica 2024, una exhibición de clásicos celebrada en Essen (Alemania).
Más información
El primer BMW Serie 7 que protagonizó el proyecto Goldfisch era un coche muy particular. Encajar un V16 de 6,7 litros en el vano de una berlina que había sido diseñada para albergar, como mucho, 12 cilindros fue todo un desafío.
Para que cupiera y tuviera un sistema de refrigeración funcional, el radiador se trasladó al maletero y se instalaron unas tomas de aire enormes en los guardabarros traseros. Cuando fue presentado ante los directivos de BMW, no le dieron luz verde y pasó a ser un recuerdo más.
La segunda parte de Goldfisch
Sin embargo, aquella negativa no impidió que la marca intentara, en 1990, dar forma a un BMW Serie 7 impulsado por un V16. Se suele decir que las segundas partes nunca son buenas, pero el BMW 750iL Goldfisch era un modelo mucho más coherente que el primero.
BMW rediseñó la parte delantera para poder colocar el radiador y el sistema de refrigeración: de esta manera prescindía de las gigantes tomas de aire de la zaga. Los faros eran distintos, la parrilla en forma de riñón era más grande y tenía una mayor separación, sin olvidar que el capó era más ancho y abultado.
Existían, obviamente, más diferencias estéticas: el pilar C, la línea del techo y la curva de Hofmeister también eran ligeramente diferentes. Sin embargo, a simple vista, el BMW 750iL Goldfisch parecía un Serie 7 normal.
En el interior se apostó por subir el nivel con más adornos de madera y un salpicadero más lujoso. Lo más llamativo, sin embargo, era el cambio: el primer Goldfisch tenía una transmisión manual de cinco velocidades, pero en la secuela apostaron por una automática de cinco marchas. Ambos modelos tenían tracción trasera.
Un BMW Serie 7 impulsado por un V16
Por muchos retoques estéticos que aplicaran al BMW Serie 7, todo el protagonismo era para el V16 de 6.7 litros: generaba 343 CV y alcanzaba una velocidad máxima de 250 km/h. Son cifras considerables para su época, 1990, pero teniendo en cuenta el tamaño del motor, sabe a poco. Por ejemplo, el BMW M5 de 1990 entregaba 315 CV con un seis cilindros en línea de 3,5 litros.
No hace falta decir que BMW canceló el proyecto: nunca lanzó un vehículo impulsado por un V16. Probablemente, no habría tenido mucho sentido financiero por el coste de fabricación, pero de haberse hecho realidad, la marca bávara ahora estaría en el grupo de élite de los 16 cilindros.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.