El reto de lograr 25 millones de coches conectados en la nube

La alianza Nissan-Renault-Mitsubishi cuenta con disponer en tan solo cuatro años de 25 millones de vehículos conectados y, de ellos, diez millones dispondrán de sistemas de conducción autónoma. Se trata de una hoja de ruta común a las tres marcas para desarrollar las tecnologías necesarias en la nueva cadena de valor de la movilidad.

Por un lado, la estrategia de electrificación pasa por el aprovechamiento de cinco plataformas comunes que servirán para desarrollar el 90% de los modelos a pilas nuevos correspondientes a las tres marcas.

Se trata de las estructuras CMF-AEV (la más asequible y que ya lleva el Dacia Spring), KEI-EV (para futuros modelos ultracompactos), LCV-EV (para furgonetas industriales similares a la Kangoo), CMF-EV (para modelos compactos ya estrenada en el Nissan Ariya y el Renault Mégane E-Tech) y CMF-BEV (la más avanzada y que dará origen a los nuevos Renault R5 y Nissan Micra).

Estos planes también contemplan importantes ahorros en la fabricación de una batería común que reduciría los costes de este importante componente en un 50 % de aquí a 2026 y, para 2028, bajarían incluso más, hasta el 65 %.

Reducción de costes y aumento del valor residual

Además, el otro pilar de la importante transformación prevista en la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi pasa por acelerar la llegada de la conducción autónoma. Un ambicioso objetivo que pasa por incrementar de los actuales tres millones a 25 millones el número de vehículos conectados. El objetivo es recibir y almacenar un flujo permanente de datos que será clave para desarrollar los próximos sistemas de conducción autónoma.

Al respecto, las marcas pertenecientes a la alianza esperan disponer, sumando las unidades de sus 45 modelos, de unos diez millones de vehículos en circulación dotados con sistemas de conducción autónoma. Unos avances que se harán posibles gracias a las modernas plataformas comunes y a los componentes electrónicos compartidos, que no solo reducirán costes, sino que también aumentarán el valor residual de los vehículos. Además, los modelos podrán interactuar entre ellos, con los conductores y las infraestructuras, abriendo de esta manera nuevos campos para crear valor en las empresas que conforman la alianza.