Lewis Hamilton es un auténtico petrolhead. El piloto de Mercedes disfruta de los coches tanto cuando compite en Fórmula 1 como cuando está fuera de los circuitos, y su extenso garaje es una clara muestra de ello.
El británico ha sido visto conduciendo un Shelby Cobra, un no menos impresionante Shelby GT500 (¡oh, Eleanor!), un Maseratti GranCabrio MC, un McLaren P1 y en su colección no faltan guiños a su equipo, como un Mercedes SLS Black Series. Sin embargo, su joya de la corona es un Pagani Zonda 760 LH personalizado pintado en un precioso morado iridescente.
Aun así, Hamilton no está contento y parece que quiere ampliar la manada. Hace un par de días publicaba en su twitter el siguiente tuit:
So…. Thinking about getting this bad boy. What do you think? #6x6benz @MercedesBenz pic.twitter.com/fIdfRnPBwG
— Lewis Hamilton (@LewisHamilton) septiembre 7, 2015
Respecto a la pregunta de si debería comprar a ese ‘chico malo’ la respuesta es un rotundo si. Se lo puede permitir y, seamos sinceros, por mucho superdeportivo que tenga, hacer una entrada en escena con una mole de tres ejes, con más de tres toneladas de peso y 544 CV de potencia es inigualable.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.