Seis consejos para evitar los robos del catalizador

Los sistemas de descontaminación de los coches contienen metales preciosos y son piezas de fácil sustracción.

catalizador coche
Primer plano del catalizador de un coche, integrado en la línea de escape. | Policía Nacional

Durante los últimos años, el robo de catalizadores se ha extendido y no es raro que a pleno día los ladrones se cobren su botín a costa de los coches aparcados en la vía pública.

El catalizador o convertidor catalítico es una pieza del tubo de escape que es obligatoria en España desde 1989. Sirve para reducir la emisión de gases contaminantes y funciona descomponiéndolos mediante unas reacciones químicas que se producen en su interior.

El valor del catalizador y el interés que despierta en los ladrones se debe a que contiene metales preciosos en su revestimiento cerámico interior. Y aunque las cantidades son mínimas, el alto precio del platino, paladio o rodio, tres de ellos, resulta tentador, porque superan de largo el del oro.

Sustraer un catalizador es relativamente sencillo, y uno nuevo cuesta de 500 a 1.000 euros de media, según modelos y marcas. Pero se puede tratar de complicar la tarea a los ladrones aplicando estos trucos y consejos.

Consejos de protección

  1. Obviamente, siempre que sea posible, aparcar el coche en un garaje o en el interior de una propiedad privada. Los ladrones tendrán más difícil acceder y robar la pieza.
  2. Si se tiene que dejar en la calle, evitar estacionar el coche en lugares solitarios, apartados y poco iluminados.
  3. No aparcar con dos ruedas subidas en la acera, porque eleva el coche sobre el suelo y facilita el acceso a las piezas bajo la carrocería. Este consejo está indicado sobre todo a los vehículos de altura normal, porque los SUV o todoterreno, por su mayor altura, tienen ya más expuestos los bajos.
  4. Marcar el catalizador grabándolo con la matrícula del vehículo o el VIN (Vehicle Identification Number), una serie de 17 dígitos que identifican el vehículo como si fuera su DNI, dificultando de esta manera la posterior venta de piezas en el mercado negro.
  5. Pintar el catalizador con alguna pintura estridente que lo diferencie a simple vista de una pieza original. Así, el ladrón tendrá más difícil su reventa posterior e igual desiste de sus intenciones. La pintura, eso sí, tiene que ser calorífica y resistir altas temperaturas.
  6. Instalar en el taller una plancha inferior protectora que, aunque no evitará el robo al 100 %, sí servirá como medio disuasorio al complicar el acceso y las labores de desmontaje del catalizador, que llevará bastante más tiempo.

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