No, es en serio. En este Lamborghini Aventador LP700-4, todo lo que ves que brilla o parece oro es oro de verdad. ¿El culpable? Maatouk Design London, una empresa de venta de coches exóticos y de lujo que, como no, tiene sede en Dubai.
No queda claro que tipo de procedimiento han empleado pero, a excepción de la matrícula trasera, que parece de oro puro, el resto de detalles deben haber recibido un baño. Y la verdad es que no han escatimado: llantas, spoiler inferior delantero, entradas de aire del frontal, carcasas de los retrovisores, faldones laterales, entradas de aire de los pasos de rueda traseros, salidas de aire de la zaga e incluso difusor.
Y el interior no se queda atrás, con numerosos elementos decorados con el preciado elemento aunque, eso sí, en un tono más vivo y llamativo. Se aprecia en los panales y los umbrales de las puertas, la consola central, el volante, el cuadro de instrumentos y la botonería.
El dueño del ‘juguete’ es Jaber Bin Abdallah Al Hmaidi, un hombre de negocios que realizó personalmente el encargo. Según el escrito que sostiene en las manos, la entrega tuvo lugar el 18 de diciembre, así que se hizo un buen regalo de fin de año.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.