La moda SUV no tiene límites y hasta los modelos más pequeños del mercado son susceptibles de recibir versiones inspiradas por ellas. El Skoda Fabia Combi Scoutline es el perfecto ejemplo de ello, introduciendo en el segmento B una combinación de carrocería familiar y aspecto campero inspirado en los todocaminos que cala bastante entre el público.
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Su base es la misma que la del Fabia Combi, lo que supone una mayor tamaño, una caída del techo más suave y la creación de un mayor espacio interior, beneficiando sobre todo a la capacidad del maletero, que oscila entre los 530 y los 1.395 litros.
Pero su principal atractivo son los elementos que trae consigo el apellido Scoutline: protecciones de plástico negro en todos los bajos, aunque bastante finas; refuerzos de aluminio tanto en el frontal como en la zaga, paragolpes específicos, raíles plateados en el techo, retrovisores que combinan de nuevo plata y negro, y llantasde serie Rock (16 pulgadas), que opcionalmente pueden ser Braga (17 pulgadas).
Se echa en falta que aumente algo su altura libre al suelo, algo común en este tipo de versiones, para mejorar un poco su capacidad fuera de pista. Además, al no incluir tracción integral sigue siendo un vehículo eminentemente para el asfalto.
Su gama mecánica, con tracción delantera en exclusiva, es la misma que ofrece el Skoda Fabia normal: solo motores gasolina, los 1.0 MPI de 60 y 75 CV, y los 1.0 TSI de 95 y 110 CV.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.