Por norma general, en una competición en la que entre ambos rivales existe una gran desigualdad, el público tiende a posicionarse a favor del débil. Por eso si hablamos de enfrentar a una bicicleta contra un Ferrari LaFerrari, tras pensar que se trata de una broma, lo normal sería querer ver ganar al pobre diablo que va a dar pedales.
Sin embargo, en este caso la cosa no es así, y es que el aparentemente competidor débil en realidad es una bici propulsada por un cohete gracias al que consigue acelerar de 0 a 333 km/h en solo 4,8 segundos, empleando una distancia de 250 metros. Por tomar una medida más común, cubre el cuarto de milla (402 metros) en siete segundos.
Ante esto, poco puede hacer el LaFerrari.
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