El timo del código QR existe desde hace tiempo en diferentes versiones, pero, de vez en cuando, saltan las alarmas. Ahora ataca desde las máquinas de los parquímetros, uno de los escenarios preferidos por los delincuentes por lo sencillo que es armar la estafa.
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Conocida como ‘quishing’, el protagonista de este timo es un código QR falso. Con él, engañan a los conductores para que lleven a cabo pagos en webs fraudulentas o para que faciliten sus datos personales.
Una estafa que, por otro lado, puede salir doblemente cara. Si el conductor no se da cuenta de que no ha pagado el tiempo de aparcamiento de su coche, puede ser sancionado por la autoridad que regule el servicio de estacionamiento.
En cuatro países de Europa
Después de España, Francia y Reino Unido, ahora es Irlanda quien ha identificado la estafa del código QR en las máquinas de pago del estacionamiento regulado. Fue una mujer de Greystones, al sur de Dublín, quien avisó sobre ello: escaneó una de estas pegatinas falsas y le robaron 1.000 euros de su cuenta bancaria.
Igual que en otras ocasiones, el timo se fraguó colocando un código QR falso en algunas máquinas de la zona de estacionamiento. La etiqueta llevaba a los conductores a una web clonada que era fraudulenta: allí les pedían los datos de la tarjeta de crédito y otra información personal.
¿Cómo evitar el timo del QR?
Las autoridades han revisado todas las máquinas de pago en varios distritos municipales y han eliminado todos los códigos QR falsos. Adicionalmente, como medida de precaución, han pedido a los usuarios que no escaneen ningún QR o código de barras que pueda aparecer en los parquímetros.
Aconsejan a los conductores, además, que, siempre que sea posible, se limiten a los métodos de pago tradicionales: aplicaciones oficiales, tarjetas bancarias o dinero en efectivo.
El caso de España
En España, el intento de timo a través de un código QR llegó a través de las sanciones. La Policía Municipal de Madrid usó sus redes sociales para advertir del riesgo.
Los estafadores dieron forma a boletines falsos de multas con el logo del Ayuntamiento de Madrid, el número de la infracción cometida, el hecho denunciado y el precepto infringido. Le acompañaba la cuantía (100 euros o 50 con la opción de pronto pago) y un código QR para realizar el abono, que, en realidad, era un timo.
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