Desde que dejó de comercializar sus vehículos en Europa, Chevrolet ha lanzado gemelos de sus modelos en el Viejo Continente con el sello de Opel. Su último lanzamiento, el eléctrico Bolt, llegará a nuestras tierras como Ampera-e y en el Salón del Automóvil de París tendrá lugar su puesta de largo.
Como ya sucedió con la versión americana, esta nueva encarnación del modelo, además de variar su nombre, deja atrás su formato de berlina para transformarse en una suerte de monovolumen compacto.
Su estética, que entra en la línea de su rival, el BMW i3, recuerda a otros modelos de la marca, con un cierto aura SUV que lo asemeja al Opel Mokka por la línea ascendente formada por capó y techo, las barras de este o las protecciones de plástico negro para los bajos. Además, añade un par de detalles propios, como el aplique que une los faros delanteros y los retrovisores, o el falso pilar C flotante.
Lo importante, no obstante, es su apartado mecánico, idéntico al del Chevy Bolt. Monta un motor eléctrico de 150 kW de potencia (201 CV) y 360 Nm de par máximo, alimentado por una batería de 60 kWh. Su autonomía teórica es de 320 kilómetros por carga.
Opel no ha facilitado su aceleración 0-100, pero sí ha compartido que pasa de 0 a 50 en 3,2 segundos y que su velocidad punta es de 150 km/h. Para demostrar el empuje que tiene desde parado, la marca lo ha enfrentado en una carrera de drag con algunos de sus modelos más deportivos: los Insignia y Corsa OPC, el Astra TCR del campeonato de turismos y el Adam R2 de rallies. Este es el resultado:
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