Las diferencias entre el incendio de un coche eléctrico y el de un coche con motor térmico son notables. De hecho, los servicios de asistencia en carretera han expresado su preocupación por los peligros a los que se enfrentan en estos escenarios.
Un coche eléctrico en llamas puede arder durante hasta un día entero sin pausa. Además, el tipo de fuego provocado por la combustión de la batería no siempre admite ser apagado con extintor. Es más, durante el incendio, pueden liberarse gases y componentes que pongan en peligro la salud de los asistentes de emergencia.
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Ahora se ha desvelado una nueva preocupación como consecuencia de los incendios de vehículos electrificados. A finales del año pasado, el departamento de bomberos de Pine Level, en Carolina del Norte, asistió a un coche eléctrico que había ardido en llamas tras un accidente de tráfico.
Una vez que consiguieron estabilizar la situación y apagar el fuego, el propio departamento publicó un comunicado explicando a qué dificultades habían tenido que enfrentarse. En concreto, se mencionaba la cantidad de agua que habían tenido que utilizar para controlar el incendio de este coche eléctrico: 36.000 galones de agua, el equivalente a más de 136.000 litros.
Problemas de los incendios de coches eléctricos
La enorme cantidad de agua necesaria para apagar el incendio de un coche eléctrico ha puesto de manifiesto el problema medioambiental que podrían suponer estos incidentes. Bien es cierto que, por otro lado, no todos los días arden vehículos eléctricos.
Así lo confirman los datos de la Agencia Sueca de Protección Civil, un país con alta cuota de eléctrificados en sus calles. La ratio de incendios de eléctricos es de 3,8 por cada 100.000 vehículos, mientras que en los de combustión es de 68 por cada 100.000.
Más allá del gasto de agua, este departamento de bomberos de Carolina del Norte explica otros problemas añadidos en los incendios de coches eléctricos. En su propia publicación tras el suceso, señalaron que este tipo de fuegos plantean riesgos únicos e inusuales.
Por ejemplo, la temperatura de un coche eléctrico en llamas puede llegar hasta los 2.500 grados centígrados. Al mismo tiempo, durante el incendio, la batería puede liberar gases tóxicos como fluoruro y cloruro de hidrógeno, que son irritantes y corrosivos.
Aunque los incendios de coches eléctricos todavía no sean frecuentes, es cierto que presentan riesgos y peligros para bomberos y personal de asistencia que deben tenerse en cuenta. Una de las reclamas de este sector es recibir formación especializada en cómo apagar este tipo de fuego.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.