Según un estudio realizado por el Mobility Institute, el 70,2% de los encuestados señala que su próximo vehículo será híbrido o eléctrico. Esto da una idea de cómo está cambiando el panorama de los vehículos utilizados, incluso en el verano y para desplazarse al lugar de vacaciones.
Las altas temperaturas de estas fechas no sólo traen largas y pesadas olas de calor, sino que también sobrecargan las baterías de los coches eléctricos. Y es que según un estudio de la compañía de baterías eléctricas, Recurrent, algunos vehículos eléctricos pueden sufrir una caída en su autonomía de nada menos que del 31% cuando las temperaturas suben por encima de los 38 grados.
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En este contexto, Geotab, líder mundial en soluciones de transporte conectado, ha recopilado los cinco errores más comunes que pueden provocar una menor autonomía en los vehículos eléctricos en verano.
Si se evitan los siguientes fallos, se pueden sobrellevar estos meses tan calurosos con la tranquilidad de llegar al destino con el coche eléctrico en perfectas condiciones:
Planificación
En la actualidad, los coches eléctricos suelen tener una autonomía inferior a la de los vehículos de combustión interna, y la recarga sigue llevando más tiempo que el repostaje. En consecuencia, hay que planificar bien la adaptación de ciertas rutas a las características de los vehículos eléctricos.
En este sentido, no tener en cuenta las altas temperaturas a la hora de esta planificación sería un error. Y es que el problema se agrava en condiciones de mucho calor, ya que las temperaturas más elevadas provocan una inevitable pérdida de capacidad y, por tanto, de autonomía en el vehículo.
Los gestores de flotas y los usuarios de vehículos eléctricos tendrían entonces que calcular la autonomía de sus vehículos de forma diferente a como lo harían en condiciones ideales (21,5ºC).
Errores en la recarga
Otro error bastante común es no tener en cuenta que los vehículos eléctricos necesitan cargarse más despacio y con más frecuencia en verano. El vehículo ajusta automáticamente a la baja la potencia máxima de carga para evitar sobrecargas.
Además, hay que tener en cuenta que la carga rápida debería evitarse en la medida de lo posible y que la mayoría de las baterías alcanzan su rendimiento óptimo en torno al 80% de carga si se encuentran en ambientes calurosos. Por lo tanto, cobra especial sentido no cargar completamente las baterías en el repostaje.
También el interior del vehículo debería estar ya climatizado mientras la batería sigue conectada a la red eléctrica. Por un lado, esto permite a los conductores beneficiarse de temperaturas agradables y, por otro, conserva la batería, lo que aumenta la autonomía.
Conducción acelerada
Por motivos de seguridad, cualquier conductor debería conducir lo más tranquilamente posible, para evitar así acelerones y frenazos bruscos. Si esto ya es importante por regla general, a altas temperaturas, la tranquilidad en la conducción de los coches eléctricos es aún más relevante.
Así, no se debe pasar por alto que una aceleración brusca provoca el calentamiento de la batería, algo que a su vez se traduce en un gasto de energía adicional en refrigeración, lo que repercute negativamente en la autonomía.
Aparcar directamente al sol
A los conductores con prisa les gusta encontrar rápidamente una plaza de aparcamiento adecuada, a ser posible, cerca de su destino. Pero utilizar la primera plaza de aparcamiento libre que se encuentre también puede ser un inconveniente para el correcto mantenimiento del vehículo.
Y es que, por banal que parezca, los conductores de vehículos eléctricos deberían procurar aparcar a la sombra, por ejemplo, en un parking subterráneo o bajo los árboles, ya que, según la solución global e integral de movilidad Movelco, las baterías soportan hasta 49 grados, temperatura que se puede ver superada si se aparca al sol durante horas.
Es por ello que, estacionar a la sombra, ayuda a evitar el sobrecalentamiento de la batería, de modo que se necesita menos energía para la refrigeración y aumenta así la autonomía del coche.
Ejercer presión adicional sobre el coche
Algunas funciones y rutinas diarias relacionadas con un viaje en coche tienen un impacto negativo en la autonomía, especialmente en verano. El mejor ejemplo es el aire acondicionado, que contribuye al mayor consumo adicional de energía en el vehículo.
Por lo tanto, hay que evitar abusar de él en la medida de lo posible. Otra posibilidad es climatizar el vehículo antes de iniciar el viaje. Y otro factor que también ayuda mucho es que el aire acondicionado no esté al máximo. En todo caso, hay métodos para ahorrar energía sin pasar calor.
Las demás fuentes de consumo eléctrico del coche también deberían utilizarse lo menos posible: la carga del móvil por USB, la iluminación interior, la radio y el sistema de navegación también contribuyen al consumo total de energía.
Y, por supuesto, también debe evitarse la carga adicional en términos de peso. Eso significa eliminar del maletero los objetos innecesarios, ya que cada kilo que se transporta adicionalmente tiene un efecto negativo en la autonomía de cualquier vehículo 100% eléctrico.
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