Los coches eléctricos, ¿son realmente más respetuosos con el medio ambiente que los vehículos con motor de combustión? Para responder a esta pregunta hay un debate constante que, ahora, quiere zanjar un estudio publicado en la revista científica PLOS Climate.
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Científicos de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, Estados Unidos), con el apoyo de Albemarle Corporation (una empresa química que participa en la cadena de valor de las baterías para coches) han llevado a cabo una investigación para dar respuesta a la citada cuestión.
Los investigadores han empleado el Modelo de Análisis del Cambio Global (GCAM), que evalúa las interacciones entre los sistemas energéticos, económicos y climáticos del planeta a largo plazo.

Con ello, han estudiado las emisiones en cuatro escenarios de Estados Unidos donde la adopción de vehículos eléctricos es, hasta 2050, creciente: así, abarcan la producción de combustible, la fabricación de baterías, el ensamblaje de vehículos y su funcionamiento.
Cómo compensan las emisiones
Esta ha sido el punto de partida de la investigación, que ha revelado que la fabricación de un coche eléctrico genera, desde el principio, aproximadamente un 30% más de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que un modelo de combustión interna.
Una diferencia que se debe, en gran medida, a la extracción de minerales (como el litio) y al proceso de fabricación de la propia batería, que consume una cantidad significativa de energía. Esta desventaja inicial, conocida por todos, se compensa rápidamente una vez que el vehículo está en circulación.

La ausencia de emisiones directas del tubo de escape permite que el eléctrico alcance su punto de equilibrio tras dos años, en comparación con un modelo de gasolina o diésel. Un plazo que tiene sentido porque, en la reciente presentación del Renault Twingo, hablaron de esa compensación en kilómetros: se logra con los primeros 35.000, una cifra real para 24 meses de uso.
Además de compensar la huella de carbono inicial, el estudio señala que, a medida que la producción de baterías de iones de litio se vuelva más eficiente, cada kWh adicional de capacidad se traducirá en una reducción de aproximadamente 220 kilos de CO2 en 2030 y de 127 en 2050.

Valor económico de los daños
Otro dato a tener en cuenta es que, al evaluar los efectos globales de la contaminación atmosférica y el cambio climático, el estudio reveló que el valor económico de los daños asociados a los coches con motor de combustión es entre 2 y 3,5 veces mayor en una vida útil estimada de 18 años.
Este cálculo incluye los costes sociales, como la atención sanitaria para tratar las enfermedades causadas por la contaminación atmosférica. Eso sí, todas estas conclusiones se basan en modelos computacionales y simulaciones de escenarios. No se han considerado ciertas categorías de emisiones, como las asociadas a la eliminación o el reciclaje de componentes de ambos tipos de vehículos, ni las que se generarían en la construcción de la infraestructura de recarga.
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