El reciente Salón del Automóvil de París podría identificarse, sin ningún problema, como el salón de los eléctricos. Los fabricantes alemanes acudieron en masa con modelos de este tipo (la gama Smart, el Mercedes EQ y el Volkswagen I.D.), pero hubo una ausencia clave en la cita: los eléctricos de BMW.
Según apunta Reuters, la decisión fue tomada por los ejecutivos de la marca para reunirse y dirimir las diferencias existentes entre unos y otros. El objetivo es aclarar la dirección que la compañía debe tomar en el ámbito de los coches eléctricos.
Hay que recordar que, aunque en la última semana prácticamente todas las marcas alemanas hayan realizado propuestas fuertes en el este segmento, fue la propia BMW la que hizo la primera apuesta seria con su i3 (además del escúter eléctrico BMW C Evolution).
A pesar de ello, los recientes movimientos del mercado han creado cierto sentido de urgencia en la marca bávara, que ha confirmado el lanzamiento de dos eléctricos: un Mini en 2019 y una versión a pilas del BMW X3 en 2020.
El fabricante no ha ofreecido datos de autonomía, pero sí ha afirmado que el alcance por carga de ambos eléctricos de BMW será competitivo respecto a sus rivales. Además, Harald Krueger, CEO de BMW, aseguró que “la competencia está en la fase uno de su estrategia eléctrica, nosotros estamos en la fase dos». «Estamos bastante adelantados en nuestro camino para electrificiar el núcleo de nuestra gama gracias al uso de las plataformas de la familia i”, añadió.
De hecho, Frank van Meel, jefe de la División M del fabricante, admitió que la electricidad acabará llegando también a los modelos deportivos de la gama: “Si observas la electrificación hoy en día, el incremento de peso que supone es mucho mayor que el incremento de prestaciones. La respuesta ahora mismo es no […], pero cuando veamos los suficientes avances en la tecnología, será el momento apropiado”.
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