Era un movimiento lógico que, tras el lanzamiento del Mini eléctrico, la marca bávara llevase su tecnología sin emisiones a la gama deportiva de la compañía. El Mini John Cooper Works Electric ya está en desarrollo, todavía como prototipo, y el modelo de producción podría llegar a la calle en 2021.
El diseño de la unidad de pruebas muestra camuflaje en toda su carrocería, pero a pesar de ello se aprecian claramente elementos del radical Mini JCW GP. Por ejemplo, el paragolpes delantero específico con más entradas de aire, los pasos de rueda ensanchados o el descomunal alerón.
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Eso sí, dada su naturaleza eléctrica, hay modificaciones lógicas: su parrilla está completamente carenada y en el difusor trasero, en el lugar donde debería ir la salida de escape doble, hay un hueco vacío. Por el momento no se ha desvelado qué mecánica empleara, pero probablemente el Mini JCW Electric estará más cerca del JCW de combustión (306 CV) que del Mini Cooper SE (184 CV).
“Con el Mini Electric hemos demostrado lo bien que se pueden combinar el disfrute de la conducción típica de la marca y la movilidad eléctrica. Ahora es el momento de traducir la pasión por el rendimiento de la marca John Cooper Works a la electromovilidad”, dice Bernd Körber, director de la marca Mini.
No obstante, los modelos de John Cooper Works con motores de combustión convencionales, asegura Körber, “seguirán teniendo un papel importante, para asegurarnos de que estamos atendiendo los deseos y necesidades de todo el mundo. Poniendo el foco en el motor eléctrico, también estamos creando la oportunidad de afinar más que nunca el perfil distintivo de la marca”.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.