Las incertidumbres que rodean la electrificación de la movilidad provocan dudas en la industria. Los usuarios no terminan de aceptar las ventajas de los coches eléctricos a causa de los también claros inconvenientes: el precio del producto, la ansiedad de la autonomía, las carencias en infraestructuras de recarga…
En este entorno, muchas son las marcas del sector que están ajustando las estrategias de descarbonización de sus gamas. Con un panorama actual que apunta a 2035 como la fecha límite para la producción de motores de combustión, las decisiones del sector apuntan a prolongar la vida de esta tecnología lo máximo posible, renunciando al objetivo de suspender la fabricación de coches térmicos incluso antes de lo que exige la legislación.
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Una tendencia que, sin embargo, tiene algunas excepciones como la de Nissan. La marca japonesa acaba de refrendar la vigencia de su Plan ARC de cara a 2026 y, a más largo plazo, el denominado Ambition 2030. El primero de ellos apunta al lanzamiento de cinco nuevos modelos 100% eléctricos antes de esa fecha: Leaf, Juke, un coche inédito sustituto del Micra y el comercial LCV Interstar, además de otra novedad que anunciara más adelante.
Con todo ello, Nissan aspira a que más del 40% de sus ventas en los mercados europeos sean libres de emisiones, mientras que seguirá desarrollando la tercera generación de la tecnología e-Power como paso previo y alternativa a los propulsores 100% eléctricos sin presencia de combustión.
Desafío a largo plazo
La planificación de Nissan con el foco puesto en el inicio de la próxima década es incluso más ambiciosa. Ambition 2030 contempla la aparición de nada menos que 27 nuevos modelos, 19 de ellos completamente eléctricos y, por su fuera poco, con una reducción del precio de las baterías de un 65%.
Un esfuerzo que exigirá una inversión de más de 15.000 millones de euros y que se justifica con unas previsiones optimistas sobre la penetración de vehículos electrificados prácticamente en todos los mercados mundiales. En el caso de Europa, Nissan calcula que el 98% de los vehículos matriculados en 2026 contarán con algún tipo de electrificación, frente al 75% que se estima en la actualidad.
La marca japonesa considera que su decisión de apostar por esta electrificación generará importantes beneficios tanto para la sociedad y el medio ambiente como para los usuarios. Es así como persigue la neutralidad de carbono en toda su actividad para 2050, demás de una reducción de emisiones, la sostenibilidad en el uso de los recursos y la mejora en la calidad del aire en las ciudades.
En el caso concreto del mercado español, la participación de Nissan en la descarbonización de la movilidad es relevante. Por las carreteras del país ruedan más de 10.000 coches sin emisiones de la marca, lo que supone un 6% del total y sirven para reducir en 17.500 toneladas las emisiones de CO2 a la atmósfera. Todo ello en un entorno de un parque automovilístico anticuado (14,2 años de media) que representa una enorme oportunidad de crecimiento para la electrificación.
En este sentido, la marca apuesta por un plan de ayudas claras en el propio momento de la compra y medidas fiscales efectivas, como reducciones tanto en el IVA como en el IRPF.
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