Tras independizarse de Volvo, Polestar se ha convertido en una marca de coches eléctricos que ya cuenta en su gama con dos modelos de producción. De cuando en cuando presenta algún prototipo que adelanta posibles vehículos para el futuro, y su última propuesta apela al lado más pasional y tecnológico de los conductores: el Polestar 02 es un descapotable que, además, lleva integrado un dron.
El modelo lleva el lenguaje de diseño propio de la compañía un paso más allá, utilizando la base del Polestar Precept Concept que se presentó hace dos años pero con los cambios propios al pasar de una berlina a un roadster.
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Así, tiene unas dimensiones más compactas debido a su distancia entre ejes recortada (2.792 milímetros), lo que transmite una sensación de mayor dinamismo. A esto también contribuye una silueta marcadamente deportiva, tanto si el techo está puesto como si está abierto.
Y es que Polestar ha optado por un formato de techo duro compuesto en su mayoría por una plancha de cristal, lo que permite que entre mucha claridad cuando está cerrado, y al quitarse descubre las cuatro plazas. Aunque no hay medidas oficiales, en las imágenes se aprecia que las traseras, como suele ser habitual en este tipo de vehículos, son testimoniales, pensadas para niños o adultos no muy altos en viajes cortos.
El habitáculo presenta acabados acordes a los estándares de la marca, con una tapicería bitono, volante de forma octogonal y un conjunto minimalista que elimina casi por completo los controles físicos. La información se concentra en el estrecho cuadro de instrumentos digital y la pantalla central vertical, que es de tamaño considerable.
Uno de los aspectos más destacados del prototipo es que en la parte trasera integra un dron preparado para echar a volar y seguir al vehículo (algo que puede hacer a velocidades de hasta 90 km/h) para grabar tomas aéreas.
Dado que no se ha confirmado si de él derivará un modelo de producción, Polestar no ha entrado en detalles específicos sobre su apartado mecánico. Bien podría montar el conjunto de dos motores de 408 CV del Polestar 2, aunque dado su carácter deportivo le casaría mejor el de 600 CV del que hace gala el Polestar 1.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.