La carga doméstica es la clave para disfrutar de un coche eléctrico o híbrido enchufable sin preocupaciones. Contar con un punto de carga en casa se ha convertido en una necesidad básica para quienes apuestan por la movilidad eléctrica. Un cargador doméstico permite aprovechar al máximo las ventajas de este tipo de vehículos: ahorro, comodidad y autonomía. Pero, ¿cómo se consigue uno? Existen tres vías principales, y cada una se adapta a diferentes perfiles de usuario.
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Empresas especializadas
La opción más directa es contactar con una empresa que comercialice cargadores para vehículos eléctricos. Estas compañías ofrecen soluciones personalizadas, asesoramiento técnico y la instalación incluida. Aunque supone un desembolso inicial, es la vía más rápida y flexible. Además, muchas de ellas gestionan las ayudas del Plan MOVES, lo que puede reducir notablemente el coste final.

Comercializadora de energía
Cada vez más compañías eléctricas incluyen cargadores en sus planes para clientes con coche eléctrico. Algunas ofrecen tarifas especiales con discriminación horaria, instalación incluida y financiación del dispositivo. Esta opción es ideal para quienes ya tienen contratada la luz con una de estas empresas y buscan una solución integrada y cómoda.

Coche eléctrico nuevo
La tercera vía es, sin duda, la más atractiva: muchas marcas de automóviles regalan el cargador doméstico al adquirir un coche eléctrico nuevo. En algunos casos, incluso incluyen la instalación. Esta estrategia comercial busca facilitar la transición hacia la electromovilidad, eliminando barreras de entrada. Eso sí, conviene leer bien las condiciones y asegurarse de que se adapta a las necesidades del usuario.

¿Cuánto cuesta?
Si se decide por la primera opción, la de contactar con una empresa especializada para la compra e instalación de un cargador, los precios varían según las prestaciones, pero en se pueden encontrar modelos básicos desde unos 550 euros hasta opciones más avanzadas que rondan los 900 euros. A esto hay que sumar el coste de la instalación, que puede oscilar entre los 300 y 600 euros, dependiendo de la complejidad del montaje.
La buena noticia es que el Plan MOVES III sigue activo hasta el 31 de diciembre de 2025, y permite obtener subvenciones de hasta el 70% del coste total, e incluso hasta el 80% en municipios de menos de 5.000 habitantes. Estas ayudas son compatibles con otras deducciones fiscales, lo que convierte la instalación de un punto de carga en casa en una inversión mucho más accesible.
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