Rolls-Royce es sinónimo de lujo y, hasta ahora, de motores de gasolina de gran cubicaje y potencia. Sin embargo, la marca británica ha comenzado una nueva etapa con el lanzamiento de su primer coche eléctrico, un Rolls-Royce Spectre que traslada toda su idiosincrasia al mundo sin emisiones.
Es algo que queda patente desde el diseño, pues la firma se ha mantenido fiel a su estética. Siguen presentes elementos vestigiales como la característica parrilla, innecesaria en un modelo eléctrico, pero clave en la identidad visual de Rolls-Royce.
Tampoco falta el Espíritu del Éxtasis coronando el largo el capó, y los grupos ópticos son minimalistas a más no poder. El Spectre, por otro lado, calza enormes llantas de 23 pulgadas y su silueta es la de una berlina de corte cupé, con una prolongada caída del techo. Este termina en una zaga donde resultan llamativos un portón y unos pilotos bastante pequeños.
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Es un modelo de gran tamaño, con una longitud de 5,45 metros, una anchura de 2,08 metros y una altura de 1,55 metros. La gran distancia entre ejes (3,21 metros) hace que los cuatro ocupantes dispongan de un amplio espacio.
Rolls-Royce eléctrico: interior de lujo
En el interior, se aplica la misma fórmula de calidad extrema que caracteriza a los coches térmicos de la casa.
El fabricante no ha dado muchos datos del habitáculo, pero se puede ver que dispone de un cuadro de instrumentos digital, de una pantalla central, controles analógicos para la climatización y que tampoco falta el reconocible techo Starlight con casi 5.000 luces de led.
Pero la clave en el Spectre es su mecánica, pues es la primera vez que un Rolls-Royce es 100% eléctrico. Emplea dos motores que desarrollan una potencia conjunta de 585 CV y 900 Nm, permitiéndole acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.
Su velocidad máxima no se ha desvelado. Tampoco se conoce la capacidad de su batería, de la que solo se sabe que le otorga una autonomía de 520 kilómetros y que pesa 700 kilos. Así, supone una parte importante de los 2.975 kilos que pesa el coche en total.
La llegada del Rolls-Royce Spectre a sus compradores está prevista para finales de 2023, fecha cerca de la cual la marca debería desvelar el precio.
Por el momento, solo ha confirmado que se situará entre el Rolls-Royce Cullinan y el Rolls-Royce Phantom, lo que marca una horquilla de entre 350.000 y 450.000 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.