En los últimos años, España ha sufrido importantes pérdidas por incendios forestales. En 2022, uno de los peores años de la última década, el fuego arrasó cerca de 95.000 hectáreas de terreno. Aunque en 2023 la cifra descendió, en 2024 se registraron 44.715 hectáreas quemadas, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
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Solo en los primeros cinco meses de 2025, ya se han contabilizado más de 10.400 hectáreas calcinadas. Estas cifras reflejan una tendencia preocupante. La prevención, por tanto, se convierte en una herramienta clave para evitar que pequeños descuidos se conviertan en grandes tragedias. Uno de los más desconocidos y peligrosos es aparcar el coche sobre vegetación seca.
El enemigo está bajo el coche
Tras un trayecto largo, los bajos del vehículo, especialmente en la zona del catalizador, pueden alcanzar temperaturas de hasta 300 grados centígrados. Este componente, diseñado para reducir emisiones contaminantes, se convierte en una fuente de calor extremo que, al entrar en contacto con la hierba seca o los rastrojos, puede provocar un incendio en cuestión de segundos.
Propagación sin control
Lo que comienza como una pequeña llama bajo el coche puede extenderse rápidamente. Las llamas alcanzan el motor, las puertas y, si no se actúa con rapidez, el entorno natural. Los bomberos y servicios forestales de todo el país, advierten de que este tipo de incendios se dan en épocas donde el calor extremo es el protagonista.
Más común de lo que parece
Aunque la rápida intervención de los servicios de emergencia puede evitar lo peor, los daños materiales del vehículo suelen ser cuantiosos. Además, el fuego puede propagarse al monte, a viviendas cercanas o incluso poner en peligro vidas humanas, por lo que el tiempo de reacción es fundamental para evitar grandes tragedias.
Sentido común
¿La solución? Evitar aparcar sobre vegetación seca, es la medida más sencilla y crucial para evitar este tipo de incendios, extremando la precaución en zonas rurales, áreas recreativas y caminos forestales. Además, cabe recordar que no se deben tirar colillas ni hacer barbacoas en el campo… y, por supuesto, no aparcar sobre materiales inflamables, ya que un pequeño descuido puede convertirse en una catástrofe.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.