¿Apagar el motor en los semáforos sirve para ahorrar gasolina?

Evitar acelerones o no abusar de las marchas cortas limita el gasto, pero algunos conductores prefieren mantener el motor en marcha en las paradas.

semaforo rojo coche

Cuando van a comprar un coche, los conductores españoles quieren que sea seguro y que gaste poco combustible, en ese orden. Pero ahorrar gasolina no depende solo de una cifra oficial homologada: las estrategias de conducción eficiente son las que permiten acercarse a ese dato que el fabricante destaca en su catálogo.

Evitar acelerones, no abusar de las marchas cortas, llevar los neumáticos en buen estado… ¿Y apagar el motor en los semáforos?

Sistema Start&Stop

El sistema Start&Stop, que incorporan una gran cantidad de modelos actuales, soluciona el problema: detiene el motor automáticamente en atascos o semáforos. Entra en acción en cualquier circunstancia en la que se produzca una parada más o menos prolongada y logra ahorrar gasolina.

Pero ¿qué pasa en los coches que no disponen de ese sistema? ¿Es igual de eficaz apagar el motor manualmente?

Apagar el motor para ahorrar

Una campaña promovida por Sustainable America dice que sí, rotundamente. Según sus informes, si el motor va a estar más de 10 segundos al ralentí (en punto muerto y sin acelerar), merece la pena desconectarlo: la organización medioambiental asegura que el gasto extra que supone arrancarlo se compensará con el ahorro por haberlo tenido apagado.

Esta entidad ofrece otros dos datos interesantes (referidos a Estados Unidos, pero más o menos extrapolables): cada conductor pasa al día 16 minutos al ralentí; apagar el motor supone un ahorro de entre 121 y 242 litros de combustible al año.

semáforo

¿Realmente es así? “Siempre que el coche esté parado, va a ahorrar. Es una leyenda eso de que el motor consume más al arrancar que estando al ralentí. Cuando está frío sí que inyecta algo más de combustible para compensar la condensación, pero en cuanto se calienta, y eso ocurre enseguida, inyecta la cantidad justa”, asegura el responsable del Departamento Técnico de Hyundai, Juan Pedro García Arquero. “Y en los motores de inyección directa, el efecto de la condensación es mucho menor”, añade.

La conclusión parece clara: en cuanto el motor tenga la temperatura idónea, merece la pena detener el motor en esas pausas, aunque sean cortas. “Si está parado, deja de consumir, y cuanto más tiempo esté parado, mayor es el ahorro”, expone García Arquero.

Excepciones

Sin embargo, hay matices relevantes. “Todo depende realmente del tiempo que se va a estar parado. Hay una frontera [difícil de definir] en la que el ahorro de combustible compensa los posibles problemas derivados de apagar y arrancar el motor constantemente”, advierte el experto de Hyundai.

Para empezar, el motor de arranque puede verse afectado, porque está diseñado para un determinado número de ciclos. Unos 50.000, aproximadamente. “Si alguien usa el coche a diario y apaga y enciende el motor 20 veces al día, que en una gran ciudad no sería raro, en siete años alcanza ese número de usos y está comprometiendo la vida útil del motor. En los modelos con Start&Stop, por el contrario, el número de ciclos [admitidos] se multiplica por seis”.

Tecnologías
Start&Stop, un sistema perfecto para ahorrar combustible.

En esta operación también entra en juego la batería, como explica García Arquero: “Los modelos con parada y arranque automáticos incorporan baterías de gel con mayor densidad energética, capaces de conservar mejores prestaciones durante un periodo más amplio. Además, incluyen un sensor que detecta el estado de carga. Si se encuentra por debajo del 80%, el Start&Stop no detiene el motor para evitar problemas. Una batería convencional, por el contrario, se descargará mucho más fácilmente y terminará sufriendo. Y el coste de cambiarla puede que no compense el ahorro de combustible”.

Pros y contras

Se trata de valorar los pros y los contras. Hay incluso quien no ve con buenos ojos el sistema de parada automática y en ocasiones lo desconecta. Por ejemplo, en los atascos, cuando se producen constantes detenciones y avances de unos pocos metros, este sistema “puede generar algo de estrés”.

También cuando hace mucho calor, ya que el climatizador deja de funcionar y la sensación no siempre resulta agradable. En ese caso, sin embargo, “el propio sistema detecta si hay una diferencia muy grande de temperatura entre la que indica el climatizador y la que hay en el habitáculo. Si es así, no entra en acción y el motor sigue en marcha en las paradas”.

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