Cada día, muchos conductores olvidan un gesto esencial antes de arrancar: pisar el embrague. Es especialmente importante en coches manuales, y aún más si el vehículo pasa la noche en la calle con temperaturas bajas.
No se trata de una simple recomendación. De hecho, algunos modelos de determinadas marcas incorporan sistemas que impiden arrancar el coche si el conductor no pisa el pedal izquierdo. Un buen ejemplo es Mazda, que exige pisar el embrague para permitir el arranque.
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Pisar el embrague antes de arrancar el coche es un gesto clave por dos motivos. Por un lado, resulta especialmente útil si se ha dejado una marcha engranada, ya que evita movimientos bruscos. Por otro, ayuda a proteger componentes esenciales como el motor de arranque y la batería, al reducir el esfuerzo que deben hacer en el momento de encender el vehículo.
Para comprender la importancia de este gesto, antes, hay que saber qué ocurre cuando se pone en marcha del vehículo. En este proceso interviene:
- Embrague: gestiona la conexión entre la caja de cambios y el motor.
- Caja de cambios: transmite la potencia del motor a las ruedas.
- Motor: genera la energía necesaria para que el coche se mueva.
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La importancia del motor de arranque
Eso sí, no son los únicos. Al encender el vehículo, también entra en acción el motor de arranque, que es eléctrico: su misión es unirse al volante de inercia, que está conectado con el motor y que recibe la acción del embrague, girar y activar el motor de combustión.
Una vez que el motor comienza a funcionar, el de arranque se desacopla del volante de inercia. Todo este proceso ocurre en apenas unos segundos, mientras el conductor gira la llave y esta vuelve a su posición inicial. Para hacerlo, el sistema utiliza la energía de la batería, que se recarga durante la conducción gracias al alternador.

¿Por qué hay que pisar el embrague antes de arrancar?
Sabiendo todo el trabajo que lleva a cabo el motor de arranque, pisar el embrague antes de arrancar y con el coche en punto muerto, ayuda a evitar un sobreesfuerzo innecesario.
Si el conductor omite este gesto, el motor de arranque tendrá que mover el eje de entrada de la caja de cambios. Aunque no haya ninguna marcha engranada, el movimiento del motor llega hasta ese punto, lo que implica un trabajo adicional para el sistema.
Además, al pisar el embrague se evita que el motor de arranque tenga que mover también la valvulina, el aceite de la caja de cambios. Este esfuerzo extra se nota especialmente en invierno, cuando el frío afecta tanto al motor como a la transmisión.

Las posibles consecuencias
Olvidar pisar el embrague antes de arrancar es sinónimo de un sobreesfuerzo para el motor de arranque y un mayor gasto de la batería. Con el tiempo se puede convertir en una avería o en una vida útil más corta.
En el caso de la batería, cuando el coche no cuenta con el sistema start and stop, su precio puede partir de los 50 euros. En el caso del motor de arranque, la cifra será más elevada, aunque siempre dependerá del modelo: de media, suelen costar unos 100 euros, aunque puede llegar a superar los 300.
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