Carreteras mejorables

Carretera convencional con un sólo carril por sentido, baja intensidad de circulación y presencia de cruces e intersecciones que atraviesan la calzada. Éste es el perfil del tramo más peligroso de las carreteras españolas, un tipo de vía que concentra el 64% de los accidentes graves que se producen en el territorio nacional, principalmente salidas de carretera (40%) y choques frontales (24%) motivados por despistes, velocidades excesivas y adelantamientos indebidos o mal calculados. El informe EuroRAP, que valora la seguridad de las carreteras de los diferentes países europeos, cumple su séptimo año en activo y aporta datos sobre la evolución de la seguridad vial y la calidad de las infraestructuras. En él participan, entre otros organismos, la Comisión Europea y varios clubes del automóvil, como los españoles RACE y RACC.

En España, el panorama es claroscuro, aunque con tendencia positiva. El estudio de 2009, que analiza los accidentes producidos entre 2006 y 2008, revela una disminución de los incidentes de tráfico (han bajado de 4.290 en 2006 a 3.258 en 2008) y, también, del porcentaje de tramos peligrosos, aquellos calificados por EuroRAP como de riesgo medio-alto y alto (pasan del 16,2% de 2008 al 12,4% de 2009). Pero, al mismo tiempo, pone de manifiesto que por tercer año consecutivo siguen sin eliminarse el 70% de los puntos negros -zonas con la tasa de accidentalidad más elevada- identificados ya en 2006. En estos tramos se producen cada año una media de 28 accidentes mortales y 118 graves. Además, en el 65% de estos puntos negros no hay instalado ningún radar, lo que alimenta la polémica por la ubicación de estos sistemas de control, que se sitúan mayoritariamente en autovías y autopistas, el tipo de carretera con menor accidentalidad. En total, se han analizado 955 tramos de todo tipo de vías, que suman casi 18.000 kilómetros. Las zonas peligrosas, el 12,4% del total evaluado, abarcan 119 tramos (1.807 kilómetros), de los que 25 (384 kilómetros) se consideran puntos negros o de riesgo alto.

Granada es la provincia con mayor porcentaje de zonas conflictivas: el 67% de sus tramos se etiquetan como de riesgo alto y medio-alto. La segunda es Huesca, con un 48%, y en tercera posición se sitúan Alicante y Ávila, las dos con un 35%. Las siguen Huelva (31%), A Coruña (26%), Albacete (25%), Lugo y Castellón (ambas, con un 22%), que presentan también porcentajes excesivos. La cara más alegre la representan 14 provincias en las que no se han identificado tramos peligrosos (0%): Álava, Almería, Asturias, Barcelona, Girona, Guadalajara, La Rioja, Málaga, Murcia, Navarra, Palencia, Salamanca, Tarragona y Vizcaya. Madrid, por su parte, reúne un 2% de tramos con riesgo alto y medio-alto.

La carretera nacional N-435, en la provincia de Huelva -entre los kilómetros 104,3 y 129,4- es el tramo más peligroso de España, con 27 accidentes graves y mortales en los últimos tres años (2006 a 2008). El informe EuroRAP considera un tramo como punto negro si tiene un Índice de Riesgo (IR) superior a 180, y al tramo mencionado de la N-435 se le ha asignado un IR de 485. La segunda zona más conflictiva de la red nacional es la N-322, en Albacete, entre los kilómetros 412,3 y 424,2, con 15 accidentes mortales y graves; su IR es de 472. Y la tercera vuelve a ser la N-435, ahora en Badajoz, entre los kilómetros 63,5 y 74, con 10 percances serios en los últimos tres años; su IR es de 309. Los tres tramos responden al perfil del tipo de carretera más peligrosa: con un carril por sentido, cruces a nivel y poco tráfico.

Entre las noticias positivas destaca que los tramos calificados como de riesgo bajo o bajo-medio sean la mayoría, y que además vayan en aumento: en el informe de 2008 suponían el 59,3% del total analizado, mientras que en 2009 llegan ya al 65,6%. Las zonas de riesgo medio pasan del 24,5% en 2008 al 21,9% en 2009.

Otro aspecto favorable es que las operaciones de mantenimiento y mejora de las infraestructuras viarias han logrado eliminar zonas conflictivas o, por lo menos, disminuir su Indice de Riesgo. El informe de 2009 revela que desde 2006 hasta la actualidad, un tramo de la N-331 en Córdoba ha pasado de riesgo medio-alto (IR de 106 a 180) a bajo (0 a 15), y lo mismo sucede con otro de la N-320 en Guadalajara. También hay cinco zonas más que han mejorado de riesgo medio (61 a 106) a bajo: N-420 en Cuenca; N-230 en Lleida; N-430 en Ciudad Real; N-232 en Teruel, y N-525 en Zamora. La clave ha estado en actuaciones como la renovación del asfalto, reordenación de los accesos, nuevo trazado de curvas, repintado de la señalización horizontal o mejora de la iluminación, entre otras.

Lo que EuroRAP no valora, aunque tiene una importancia capital, es que la reducción de los accidentes se ha debido también a otros aspectos como el carné por puntos, que ha aumentado la prudencia de los conductores, y la mejora de la seguridad activa de los coches por la implantación masiva de los airbags múltiples y del control de estabilidad ESP, que evita derrapajes y pérdidas de control. Según datos de Bosch, uno de los principales suministradores de este dispositivo, y de la Comisión Europea, hace ya al menos tres años que el ESP lo incorpora de serie el 60% de los coches nuevos matriculados en España.

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