La convivencia entre ciclistas y conductores de vehículos a motor, sobre todo de cuatro ruedas, no siempre es tranquila. Tanto unos como otros tienen argumentos de sobra para quejarse de los contrarios, sin duda.
Con motivo del Bike Pride de Turín (Italia), una jornada relacionada con la movilidad sostenible que se celebró el domingo 20 de octubre, un ciclista ha querido desenmascarar el comportamiento de aquellos que circulan en coche por la ciudad.
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Para hacerlo, se ha armado de un radar de velocidad portátil. El dispositivo, que se ve en su publicación en redes sociales, es un aparato ligero que, solo con apuntarlo hacia el objeto en movimiento que se quiera controlar, muestra la velocidad a la que circula.
Este ciclista se ha apostado en una calle con límite de 30 kilómetros por hora. Este tipo de vías, que además están pacificadas muchas veces con bicicletas o vehículos de movilidad personal, también existen en España.
Pues bien, de todos los coches que este ciclista controló con su radar, solo un único conductor cumplió ese límite de velocidad a 30 km/h. El resto, lo superaron holgadamente, llegando incluso a duplicarlo en algunos casos. En España, la multa por superar ese límite de velocidad en el rango que se ve en el vídeo de este usuario estaría entre los 100 y los 300 euros.
La queja de los ciclistas
El vídeo de este ciclista y su radar para controlar a los coches en Turín se ha subido al perfil de Instagram @bel_parcheggio, una plataforma donde los usuarios de las bicicletas se quejan de la inseguridad que sufren al circular. Además, también han denunciado la costumbre de los coches de aparcar en los carriles bici, entorpeciendo sus recorridos.
En España, invadir el carril bici o dejar el coche parado encima conlleva una multa de 200 euros. Sin embargo, en el caso de las bicicletas, el uso de carril bici solo es aconsejable, que no obligatorio, según la DGT.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.