¿Se puede lavar el motor del coche? ¿Se debe? En caso afirmativo, ¿qué es mejor: recurrir a un taller para llevar a cabo esta operación o se puede hacer en casa? Son muchos los conductores que se plantean estas preguntas. Aquí están las respuestas.
Lo cierto es que, según el club de automovilistas RACE, la limpieza del motor es recomendable por dos razones. Por su rendimiento, ya que la suciedad acumulada impide que se refrigere como debería y, en este escenario, trabaja peor. Y porque así se identifica mejor una fuga de aceite o de líquido refrigerante.
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¿Qué se necesita para limpiar el motor?
Para limpiar el motor se necesita cierto instrumental: guantes para el conductor, pinceles de varios tamaños, limpiador desengrasante dieléctrico (no conduce la electricidad), una pistola de aire a presión (suele haber en las gasolineras) y una aspiradora, de mano o de las que están, también, disponibles en las estaciones de servicio. A esto hay que añadir algunos productos específicos.
El siguiente paso es preparar el coche: lo más adecuado es aparcarlo a la sombra y en un lugar seguro. Cabe recordar que, igual que en otras operaciones de mantenimiento que puede realizar el propio conductor, hay que esperar a que el motor esté frío.
Limpiar el motor: no con agua
Es lógico pensar en limpiar el motor con agua, pero esta limpieza hay que llevarla a cabo con productos específicos: no hay que recurrir ni a mangueras, ni a pistolas de agua a presión.
El vano motor de un vehículo tiene multitud de centralitas electrónicas y sensores, que pueden sufrir un cortocircuito si se emplea agua en su limpieza. Esto se puede traducir en la imposibilidad de arrancar el coche. Hay que tener en cuenta, además, que este líquido es conductor de la electricidad.
En los modelos antiguos sí se podría elegir agua destilada o desmineralizada, ya que no conduce la electricidad. Su aplicación debe hacerse con un paño y sin tocar la batería y el alternador.
Cómo limpiar un motor en cuatro pasos
El primer paso es eliminar el polvo acumulado en el motor: para ello es necesaria la pistola de aire a presión. Hay que aplicarla por la parte superior y por los laterales, manteniendo cierta distancia. Si quedan restos, se pueden eliminar con la aspiradora.
A continuación, hay que aplicar el limpiador desengrasante dieléctrico en todas las zonas del vano motor: los pinceles finos servirán para llegar a los rincones más remotos. En este paso hay que tener presente que este producto no se puede emplear en todos aquellos elementos por donde pase la electricidad: batería, alternador, caja de fusibles, conectores…
Si el coche es híbrido, tampoco se puede usar en todo lo que sea de color naranja: es el circuito de alta tensión (48V).
Llega el momento de limpiar los plásticos del motor y los manguitos. Para los primeros se puede utilizar la espuma que se emplea para limpiar la tapicería antes de aplicar un hidratador específico. Para los segundos, es posible aplicar un paño impregnado en aceite de motor para evitar que se agrieten.
Y, por último, solamente queda retirar todos los productos sobrantes: para ello, lo más recomendable es hacerlo con trapos secos.
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