Son uno más de la casa y, por lo mismo, forman parte de los planes cotidianos. Las mascotas tienen su espacio en el hogar y también en el coche, y sobre esto hay algunos datos preocupantes.
Según un estudio realizado en 2020 por el Real Automóvil Club de España (RACE), como parte del informe Animales de compañía y seguridad vial, desarrollado en colaboración con otras asociaciones europeas de automovilistas, uno de cada tres conductores españoles aseguraba viajar con su animal en el coche: en concreto, el 36%.
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Lo preocupante de esta encuesta (basada en preguntas a más de 1.300 usuarios) es que el 11,5% de los automovilistas confiesa no utilizar ningún sistema de retención para sus fieles compañeros, transportándolos en el maletero (separados, eso sí, de los ocupantes) pero sin protección alguna. Incluso, el 1,1% reconoció llevarlos directamente sueltos en el habitáculo o en brazos de un pasajero.
Las mascotas que mayoritariamente viajan en los coches son perros (que aparecieron en el 92% de las respuestas), por delante de gatos (15%) y otros animales pequeños, como pájaros, reptiles o roedores (5%). Teniendo en cuenta estos porcentajes, se desprende que muchos son los automovilistas que se mueven de forma ocasional con más de un animal, que en el 66% de los casos pesa más de 20 kilos y en el 17% de ellos excede la treintena.
Cinturón de seguridad para perros
El 87,4% de los encuestados aseguró utilizar algún sistema de retención en el coche, la mayor parte (62%) cinturones de seguridad o arneses. Un dato muy superior al 45% de conductores que recurriera a estas sujeciones en la anterior edición del estudio, de 2011.
El RACE insiste en la importancia de utilizar estos sistemas de anclaje de las mascotas. En un accidente a tan solo 50 km/h, el peso de cualquier animal suelto en el habitáculo se multiplica por 35, con el evidente riesgo para el resto de los ocupantes del vehículo.
Para refrendar tales hechos, varios clubes de automovilistas europeos han realizado una serie de pruebas dinámicas en circuito. Mediante el uso de muñecos de perros con varios pesos similares a los de los animales (desde los 4,8 hasta los 35 kilos) se comprobaba su comportamiento en el vehículo según su posición, el uso o no de retenciones y en maniobras extremas como frenadas de emergencia, cambios de dirección o esquivas.
Las conclusiones, como se aprecia en el vídeo grabado durante los ensayos, son claras. Un animal suelto supone un serio peligro en una frenada fuerte o en un volantazo. Incluso en una colisión leve, las consecuencias de un perro fuera de control dentro del habitáculo pueden ser más graves que el propio accidente: una masa de sólo cinco kilos proyectada a 60 km/h alcanza lanzada el peso de un objeto de 280 kilos. Un perro de 13 kilos, por ejemplo un caniche, se convierte en un oso de unos 450.
Cómo llevar al perro en el coche: recomendaciones
Para evitar estas situaciones de alto riesgo, el RACE ofrece una serie de recomendaciones básicas para los conductores que deban viajar con mascotas en sus automóviles:
- Nunca se debe viajar con un animal suelto por el habitáculo. Existen riesgos importantes para él mismo y los demás ocupantes y, además, pueden representar un peligro para los equipos de rescate en caso de un accidente. Puede implicar una sanción de hasta 100 euros (en el caso de viajar sin la adecuada sujeción para evitar que interfieran en la conducción).
- Hay que elegir un sistema de retención adecuado. Entre los sistemas disponibles están los arneses de sujeción (con un sistema de unión corto y estable), los transportines o los separadores del habitáculo, que deben ser firmes y estar bien anclados para evitar desplazamientos.
- Evitar colocar objetos junto al animal. En caso de impacto puedan salir despedidos.
- Controlar al animal en las paradas de descanso. al abrir el maletero o la puerta del vehículo el animal puede salir corriendo y provocar algún incidente.
- Nunca, bajo ningún concepto o circunstancia, dejar al animal en el interior del vehículo con altas temperaturas. Ni siquiera en una zona de sombra o con las ventanillas abiertas.
- Realizar paradas cada dos horas. Así el animal podrá hacer sus necesidades, pasear e hidratarse.
- Controlar el posible mareo. Si el animal tiene tendencia a marearse, es preferible no darle de comer o beber en las horas previas al viaje. En las paradas aprovechar para que beba, pero no una pequeña cantidad.
- Vigilar la temperatura del vehículo. Asegurando una ventilación adecuada en todo momento.
- Acostumbrar al animal al sistema de sujeción. Si suele desplazarse en su vehículo, acostúmbrale desde cachorro a viajar sujeto, en transportín o separado por un sistema que impida el acceso al habitáculo.
- Nunca sujetar al animal con su correa. No es un sistema de retención y supone un riesgo importante de lesiones, tanto para él como para el resto de los ocupantes.
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