Este fin de semana se repetirán probablemente las fuertes lluvias y las inundaciones. La Agencia Estatal de Metereología prevé “una acusada inestabilidad, que dará lugar a abundante nubosidad y chubascos y tormentas localmente fuertes o persistentes en buena parte de la Península”. Como consecuencia posible, se anegarán algunas calles y carreteras, como estos días atrás en Sant Hilari Sacalm (Girona) y en Molina de Segura (Murcia), con automovilistas atrapados en sus coches o arrastrados por las aguas.
Con varias comunidades todavía en alerta por tormentas y lluvias, la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda a las conductores qué deben hacer ante una riada: nada. A lo sumo, echarse a un lado y avisar al 112.
Si el automovilista elige seguir adelante y más tarde se ve en el peor de los supuestos, que no será raro, la DGT recomienda conservar la calma, salir del coche y subirse al techo.
Consejos de la DGT ante una riada
Una tormenta copiosa “convierte un cauce habitualmente seco –recuerda la DGT– en un turbulento torrente de agua que anega la calzada”. Y el primer consejo es evitar el riesgo y no vadear la corriente, ya que puede ser más peligrosa de lo que aparenta; quizá incluso haya socavado el firme, por lo que la profundidad será mayor de lo esperado y las posibilidades de que el vehículo sea arrastrado aumentarán.
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El riesgo depende de varios factores: el peso del vehículo, la velocidad de la corriente, la altura de los bajos del coche (más elevada en algunos SUV grandes y en los todoterrenos, por ejemplo), la profundidad del cauce y la inclinación del terreno. Cuanto más desfavorables sean las circunstancias, antes llegará el descontrol.
En cualquier caso, no se debe minusvalorar el peligro, pues la DGT advierte de que con “el agua a mitad de rueda [según la fuerza de la corriente] costará dirigir el vehículo”. Y las ruedas motrices “perderán adherencia” y por tanto estabilidad. Cuando el nivel del vado supere ese límite, es muy probable que el coche quede a merced de la violencia del agua.
Las indicaciones de la Guardia Civil
Si se ha llegado a este punto, deben empezar las maniobras de emergencia que detalla también la Guardia Civil. El primer paso será quitarse el cinturón de seguridad e intentar salir por la ventanilla, bajándola o rompiéndola. Por eso conviene llevar en el coche, lo más a mano posible, un objeto punzante que sirva para esta tarea. Un martillo de emergencia de los habituales en los autobuses, por ejemplo.
Otra alternativa es abrir la puerta, si es que la corriente deja hacerlo, y siempre a favor del agua para evitar golpes. Cuando se haya logrado salir del habitáculo, el último paso es subirse al techo del coche y esperar la ayuda desde ahí arriba, a no ser que la corriente sea tan fuerte que impida tanto salir del coche como encaramarse a la parte más alta.
Para casos extremos –agua que se lleva un vehículo a gran velocidad–, la DGT no ofrece consejos, pues probablemente no los haya. Salvo habilidad y suerte, como las tuvo este conductor de Molina de Segura.
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