Cuando llega la noche, las temperatura bajan de cero grados y aparece el hielo, o bien en un día que esté nevando; levantar las escobillas del coche es uno de los gestos más recomendados por los conductores más precavidos.
Según los especialistas, esta práctica evita que las gomas de las escobillas se peguen literalmente al cristal, algo que puede dañar tanto el limpiaparabrisas como el motor si se pone en marcha con ellos congelados. Además, dejar las escobillas en alto facilita rascar la luna por la mañana, sin la barrera de las gomas pegadas.
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Las autoridades también se han pronunciado al respecto. La DGT aconseja usar cartón o incluso una manta entre el parabrisas y las escobillas para evitar que la escarcha las bloquee al día siguiente.
Esa capa protectora mantiene el cristal libre de hielo y reduce significativamente el riesgo de que las escobillas se queden pegadas a la luna.
También hay voces en contra
Ahora bien, no todos los expertos comparten el mismo punto de vista sobre este truco. Mientras algunos aseguran que es una medida preventiva eficaz, otros advierten de los peligros: al dejar las escobillas levantadas durante días de viento o tormenta, el resorte puede deformarse y las escobillas perder presión contra el cristal, reduciendo su eficacia o provocando averías.
Desde la perspectiva práctica, fabricantes de este tipo de elemento señalan que lo ideal es combinar varias estrategias para proteger las escobillas: levantarlas si va a helar, cubrirlas con tela o cartón y, muy importante, no intentar arrancar el limpiaparabrisas si la goma está congelada, porque eso puede desgastar la escobilla de caucho.
En definitiva, levantar las escobillas en invierno no es solo una costumbre obsoleta: es una táctica útil para evitar daños mecánicos y prolongar la vida de las escobillas.
Pero, como ocurre con muchos trucos del mundo del motor, su éxito depende del contexto: la temperatura, el viento o el tiempo que van a estar en esa posición pueden marcar la diferencia y que resulte realmente eficaz.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.