Gracias al Start-Stop, el coche reduce sus niveles de emisiones y de consumo porque apaga el motor cuando el vehículo se detiene y lo vuelve a encender cuando se pisa el embrague. En los modelos automáticos lo hace cuando se levanta el pie del freno. Sin embargo, este sistema que genera cierta controversia. El último en pronunciarse ha sido un mecánico de TikTok.
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Desde su perfil (@tallerlosantos) en la citada plataforma, el mecánico Edward de los Santos ha sido tajante sobre el sistema Start-Stop: “Desactivarlo alarga la vida útil de la correa auxiliar”.
La correa auxiliar (también conocida como de servicio o de accesorios) transmite el movimiento del cigüeñal a varios accesorios del motor que no forman parte del sistema de propulsión, pero que son fundamentales para el funcionamiento del vehículo.
El Start-Stop y la correa auxiliar
De ella dependen la dirección asistida, la bomba de agua o el alternador, que produce la electricidad necesaria para el encendido, la iluminación o el aire acondicionado. Si se destensa o se rompe puede provocar graves averías porque, por ejemplo, puede inutilizar la de distribución.
Así lo explica el citado mecánico: “El Start-Stop es un sistema que apaga y enciende el motor automáticamente cada vez que te detienes, por ejemplo, en un semáforo. Está pensado para ahorrar combustible, pero no es tan bonito como lo pintan”. Y añade: “Cada vez que el motor arranca, la correa auxiliar recibe tensión y con el Start-Stop eso puede pasar 30, 40 o hasta 60 veces al día”.

Comprobar la correa auxiliar: una tarea fácil
Bien es cierto que la correa auxiliar no es tan importante como la de distribución, pero también se debe controlar su estado, su tensión así como las condiciones de las poleas y rodamientos que la sujetan.
Hacerlo es sencillo, ya que se encuentra a la vista. Cualquier ruido estridente es síntoma de que se ha aflojado y necesita un ajuste. No obstante, si presenta grietas o tiene un aspecto desgastado, deberá ser sustituida por otra nueva. Su reposición en el taller es cuestión de unos cientos de euros y las averías que puede provocar su rotura costarán miles.
Normalmente, se cambia al mismo tiempo que la correa de distribución. Esta, en condiciones normales, dura entre 60.000 y 160.000 kilómetros. Por lo tanto, es importante consultar el libro de mantenimiento del vehículo y cumplir con las revisiones indicadas.
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