Cincuenta y cuatro. Y al acabar 2017 puede que la cifra sea algo mayor. Son los nuevos radares que ha instalado la Dirección General de Tráfico (DGT) en lo que va de año, dispositivos de alta precisión para detectar al mayor número posible de infractores “y hacer de la carretera un lugar más seguro”.
La réplica de los conductores solo puede ir en dos direcciones: mantenerse dentro de los límites de velocidad establecidos y prestar atención. No importarán entonces los radares ni la intención recaudatoria de la DGT que denuncian las asociaciones de automovilistas, ni preocuparán las multas.
Pero un coche que circula a 120 km/h por una autovía también puede ser sancionado. Un exceso de confianza, un segundo de despiste bastan para que al conductor se le escape que acaba de entrar en un tramo limitado a 100 km/h, por ejemplo. Quizá tenga suerte y vea el indicador luminoso que advierte de la presencia de un radar fijo: suficiente para desacelerar. Pero ¿si se cruza con alguno de los radares móviles, generalmente ocultos y casi nunca anunciados por la DGT? ¿Es posible detectarlos?
Sí. Para empezar, cuanta más información tenga el conductor, más sencillo le resultará hacerlo. Tráfico no comunica dónde coloca los radares móviles, pero publica en su web la ubicación de los fijos y los tramos en los que intensifica la vigilancia. Esto quiere decir que en esas zonas suele colocar dispositivos móviles, pero no indica el lugar exacto. Y algunos son tramos de más de 50 kilómetros.
¿DÓNDE ESTÁN LOS RADARES MÓVILES?
• Son especialmente propicios los tramos de carretera en los que la velocidad máxima permitida es inferior a la genérica de la vía (como zonas con curvas o cambios de rasante). Allí se debe moderar la velocidad por seguridad y porque la vigilancia suele crecer.
LA TECNOLOGÍA NO SIRVE
• Conviene aumentar la concentración en las entradas y salidas de poblado, tanto de grandes ciudades como de pequeños núcleos: en esos puntos es habitual que se supere la velocidad máxima y, como consecuencia, la DGT suele colocar dispositivos de vigilancia.
• ¿Y cómo localizarlos? Pueden estar en cualquier parte, pero resulta habitual encontrarlos bajo los puentes (o encima de ellos), en carriles de incorporación a vías más rápidas, en caminos o vías secundarias que confluyen con carreteras principales, detrás de los setos… Los lugares más discretos son los más recurridos.
• Quienes tengan la costumbre de frenar al paso de un radar fijo y aumentar la velocidad cuando lo sobrepasan cometen un error: no es raro que la Guardia Civil coloque un dispositivo de control móvil unos cientos de metros más allá.
• También se debe extremar la precaución en tramos de autovía en los que la velocidad máxima es menor, como en la salida de los túneles o en los descensos de los puertos de montaña.
¿CUÁNDO SE COLOCAN MÁS?
Hay varios momentos clave en el año en los que disparar los niveles de alerta: Operación Salida (o Retorno) equivale a más dispositivos de control, da igual que sea en agosto, en Semana Santa o en el puente de la Constitución. En cuanto la circulación alcanza los mayores niveles, el número de radares móviles se multiplica.
ALGUNAS CLAVES
• Los radares móviles pueden estar ocultos en coches patrulla camuflados, generalmente en modelos de gama media con dos antenas y las lunas tintadas. Circulan a velocidades ligeramente inferiores al límite máximo de la vía.
• Hay que mantener la atención también de noche, porque los radares móviles actuales son igual de eficaces sin visibilidad (y a ti te resultará bastante más complicado localizarlos).
• No es mala idea seguir por Twitter algunas cuentas en las que los conductores comparten información sobre radares móviles: @EvitemosRadares, @RadaresDeMadrid o @ComunidadAntiradares aglutinan la información que los propios seguidores van enviando.
TIPOS DE RADARES
Coches patrulla. Son los más fáciles de identificar, ya que se trata de vehículos de la Guardia Civil o de las policías locales parados en arcenes, en las aceras o tras las marquesinas, por ejemplo.
Coches camuflados. Se sitúan en los mismos lugares que los coches patrulla, pero son más complicados de ver, obviamente. También actúan en marcha.
Radares de trípode. Pueden estar ocultos fácilmente tras un vehículo o situados tras los guardarraíles.
Pistolas láser. Sostenidos por agentes o apoyados en un trípode, estos radares son una especie de pistola que lanzan un rayo láser.
Helicóptero Pegasus. Desde el aire, la DGT observa con gran eficacia a los conductores. Sus helicópteros incorporan dos cámaras capaces de detectar la velocidad de un coche a una distancia de hasta un kilómetro. Vigilan desde lejos y por detrás, así que no resulta fácil verlos. Siempre de día, eso sí.
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