Son una alternativa barata, totalmente legal e incluso ecológica a los concesionarios oficiales o a los talleres autorizados. Unas instalaciones en las que se pueden encontrar recambios en bune estado para el coche sin tener que gastar tanto dinero. Son los desguaces, cuya denominación oficial en España es la de Centros Autorizados de Tratamiento (CAT).
Porque más allá de triturar coches y convertirlos en chatarra, los desguaces funcionan como verdaderos hipermercados del automóvil. Espacios de reciclaje y recuperación, lugares para el contrapunto de la industria del motor: de entre los cadáveres de hierro, miles de piezas viven una segunda vida en otros vehículos.
Antes de que un viejo coche quede reducido a un amasijo de hierros, los mecánicos desmontan y limpian las piezas que más tarde se pondrán a la venta. Y aquí es donde entra en juego el factor económico. ¿Cuánto dinero nos podemos ahorrar si decidimos adquirir un recambio en un desguace?
“Es un dato que difiere mucho de unas piezas a otras, pero podemos estar hablando de un 70% de media con respecto al precio del mismo recambio en material nuevo”, admite Rafael Pardo, director general de la Asociación Española de Desguazadores y Reciclaje del Automóvil (AEDRA).
Esta organización cuenta con aproximadamente 600 desguaces asociados en toda España, negocios profesionales que poco o nada tienen que ver con los antiguos cementerios de coches que hace décadas proliferaban por los extrarradios de las grandes ciudades.
Hoy los desguaces son instalaciones sometidas a estrictas normativas medioambientales y requisitos legales, donde se extraen y almacenan los recambios mecánicos y se descontaminan los vehículos antes de triturarlos en la prensa hidráulica.
Pese a los esfuerzos del sector, Pardo reconoce que existe un “alto grado de operadores piratas” que trabajan “sin control alguno”. Es decir, negocios ilegales –muchos surgidos durante la crisis– que no cumplen las normas y que se aprovechan de resquicios legales para ofrecer piezas usadas desde cauces ajenos a cualquier control de las autoridades.
Comprar una pieza en un desguace es un proceso sencillo, ya que se puede buscar por la referencia del fabricante o por la denominación comercial. No obstante, lo mejor es acudir con la ficha técnica del vehículo para facilitar la búsqueda exacta del recambio.
“Las piezas que se montan en los talleres procedentes de los desguaces tienen, en ocasiones, menor uso y menos kilómetros que el propio vehículo en el que se van a instalar, por lo que en cierto modo pueden llegar a rejuvenecer la edad del coche”, asegura Pardo.
¿Cuáles son los recambios más demandados en un desguace? Por un lado, los pequeños elementos de carrocería (faros, pilotos y piezas frontales); por otro, los componentes de electricidad (alternadores, motores de arranque…) y las piezas que constituyen los motores de combustión, como la válvula EGR.
Aquí es donde el ahorro puede ser mayor. Un motor de arranque Bosch para un Volkswagen Polo, por ejemplo, cuesta 160 euros. En un centro de tratamiento oficial se puede encontrar por 60 o 70 euros con una vida a sus espaldas de entre 12 y 14 años. «Trabajamos habitualmente con coches de esa antigüedad, pero las piezas están siempre comprobadas y el cliente tiene una garantía de hasta tres meses», explica Orlando Amechazurra, de Auto-Recycling Teo Martín (San Martín de la Vega, Madrid).
Un alternador o un faro reciclados cuestan más o menos lo mismo (alrededor de 60 euros), la mitad que la tarifa oficial. «Hay quien dice que los encuentra, nuevos, por menos de 90 euros», reconoce Amechazurra, pero matiza: «Son piezas de marcas blancas que se venden mucho por Internet y en algunas tiendas físicas, pero la calidad no es igual. Nosotros los llamamos recambios alternativos. De hecho, si nos encontramos con ellos en un coche que nos entra aquí, los desechamos. Solo recuperamos piezas originales».
También hay recambios que no vale la pena adquirir en estas instalaciones, básicamente porque el ahorro es mínimo: es el caso de elementos de desgaste como pastillas de freno, discos, correas, manguitos, tubos…
En muchas ocasiones, recuerda Pardo, son los propios mecánicos de los talleres quienes proponen a los clientes reparar sus coches o motos con material reciclado. Aun así, para evitar sorpresas desagradables, el máximo responsable de AEDRA propone cinco consejos prácticos para comprar en un desguace con plenas garantías.
1. Comprar en Centros Autorizados de Tratamiento, buscar su autorización medioambiental y número de gestor de residuos. Esto nos dará la seguridad de no estar comprando a un pirata y de evitar estar implicado en casos de receptación de materiales robados
2. Pedir información por escrito de medios de pago, condiciones de venta y garantía.
3. No fiarse de las gangas y leer la letra pequeña.
4. Facilitar al CAT el mayor grado de detalle del recambio buscado. Cuando sea posible, es muy recomendable contar con la referencia de la pieza que se va a sustituir.
5. Exigir siempre factura. Solo el profesional puede expedirla y nos garantiza nuestros derechos como consumidor y usuario.
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