Las tormentas, la nieve y la niebla son algunos de los peores fenómenos atmosféricos para conducir. Suelen afectar, y bastante en ciertas ocasiones, a la visibilidad y al agarre del coche. Por estos efectos, las probabilidades de sufrir un accidente de tráfico aumentan considerablemente.
Hay, no obstante, otro fenómeno meteorológico que muchos conductores subestiman: el viento. Conducir con viento implica más riesgos de los que el conductor pueda pensar, por lo que es importante no bajar la guardia.
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Cuando soplan rachas fuertes de viento, pueden llegar a afectar a la trayectoria del vehículo. Ante estas situaciones hay que sujetar el volante con firmeza, pero no contravolantear, ya que, si el viento deja de soplar momentáneamente, se podría llegar a invadir el carril contrario o perder brevemente el control de la dirección.
De todas formas, hay un fenómeno aún más peligroso: el efecto pantalla. O, mejor dicho, el efecto del efecto. La Dirección General de Tráfico explica que, si se circula cuando hay fuertes rachas de viento, al entrar en un túnel o pasar al lado de un vehículo voluminoso, como un camión, estas paran de repente.
Cómo reaccionar con seguridad
El conductor, entonces, baja la guardia y circula con normalidad. Lo que no se espera es que, al salir del túnel o sobrepasar el vehículo, el viento vuelva a golpearle con fuerza. En este momento, las consecuencias de este efecto pantalla desaparecen y se puede perder el control del vehículo.
La DGT da varios consejos para circular con seguridad en estos escenarios. Lo primero, es ser consciente del efecto pantalla y pensar en que, al salir de estas zonas resguardadas del viento, se puede sentir un empujón de las rachas de aire en el coche.
Al salir del amparo de un túnel o un camión, se puede girar un poco el volante en el sentido contrario al que sopla el viento, pero tampoco de manera exagerada. Así se mitiga el efecto del viento y se mantiene el control del vehículo.
¿Qué son las mangas de viento?
Para saber en qué sentido sopla el viento, el conductor puede fijarse en las mangas de viento que hay instaladas en la carretera. Son una especie de conos de tela que se colocan en postes a lo largo de la calzada. Son de color blanco y naranja o rojo, para ser visibles desde los vehículos.
Al estar hechas de un material ligero, se mueven y se inflan con el viento. Lo harán más o menos, dependiendo de la intensidad. Se levantarán hacia un lado u otro, según la dirección del viento, por lo que sirven para indicar a los conductores hacia que lado sopla.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.