Activar este botón del coche en invierno puede evitar averías en verano

En contra de la lógica y la inclinación natural, se sugiere encender el aire acondicionado del automóvil durante el invierno, aunque sea ocasionalmente. Esta práctica, facilitará la prevención de posibles y costosas averías en el sistema de climatización del vehículo.

Los fallos más probables debido a la falta de uso en los meses fríos, que suelen manifestarse en verano, cuando ya es tarde, afectarán al compresor del aire acondicionado y al circuito del sistema. El compresor, que impulsa el gas refrigerante, corre el riesgo de averiarse si permanece apagado durante períodos prolongados. La reparación de este componente esencial para la generación de aire frío puede ascender a unos 550 euros.

Aire acondicionado: averías en invierno

El hecho de dejar el aire acondicionado inactivo desde septiembre hasta junio puede ocasionar otros problemas, como el resecamiento y agrietamiento de las juntas de estanqueidad del circuito, causando una fuga del gas refrigerante. La reparación y la recarga del gas pueden alcanzar los 250 euros, mientras que una revisión oscila entre 60 y 120 euros, dependiendo del modelo y el taller.

¿Cada cuánto hay que activar el aire en invierno?

Con respecto al uso del aire acondicionado en invierno, se recomienda activarlo una o dos veces al mes durante 15 minutos, incluso si implica pasar un breve periodo de frío en el interior del vehículo. Este procedimiento permite que el motor del sistema de climatización funcione, dificultando la acumulación excesiva de suciedad en el circuito y los filtros.

¿Cuál es la temperatura adecuada en el coche?

En caso de tener la opción de seleccionar la temperatura, se aconseja ajustarla a 17 o 18 grados. Puede aprovecharse para desempañar el parabrisas. Aunque el aire frío sea menos eficiente en este proceso, la actividad del compresor contribuye a eliminar la humedad del habitáculo.

¿Cómo saber que la climatización está fallando?

Utilizar el aire acondicionado en invierno no solo garantiza un mejor funcionamiento del sistema, sino que también ayuda a identificar posibles averías antes de la llegada del verano.

Aunque en climas fríos puede ser más difícil notar una disminución en la capacidad de enfriamiento (indicativa de una pérdida gradual de gas refrigerante), un síntoma revelador es que el sistema tarde en desempañar el parabrisas. Además, la presencia de un olor pronunciado a humedad al activar el aire acondicionado puede sugerir un exceso de suciedad en el filtro.