De pronto en las pantallas de la Dirección General de Tráfico aparece “un coche que se va hacia un lado o hacia el otro sin que haya nada especial. Sin una razón específica. Eso es porque tienes la cabeza en otra parte”, se preocupa Pere Navarro, director del organismo.
Y para dar la vuelta a esa realidad, Tráfico activa a menudo campañas de vigilancia específica de las distracciones al volante. Son la causa más común de accidente, por encima de los excesos de velocidad.
Más información
Y por eso también ha cambiado en parte la ley de tráfico. Desde el 21 de marzo, la norma castiga con la retirada de seis puntos a quien utilice el móvil “sujetándolo con la mano”. Es la máxima pena del permiso por puntos, pero la multa, como infracción grave, se mantiene en 200 euros.
“Desde el 2016, la primera causa de los accidentes mortales son las distracciones, y esto tiene un nombre, móvil y WhatsApp. Algo teníamos que hacer”, sostiene Pere Navarro. Y no se trata solo del uso del teléfono, principal motivo de despiste, sino de actitudes en apariencia inofensivas al volante, como perder demasiado tiempo con el navegador o encender un cigarrillo.
Los automovilistas “tienen sus problemas, sus preocupaciones y están en otra cosa mientras conducen”, asume Pere Navarro, pero las cifras alarman entre los responsables de su organismo, con él a la cabeza. En 2020 [todavía no hay datos consolidados de 2021], la conducción distraída o desatenta estuvo presente en el 31% de los accidentes mortales, tres puntos porcentuales más que en 2019.
Riesgo de accidente
El uso del teléfono “multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente”, reseña la DGT. Como comprueban a menudo en el centro de pantallas de Tráfico, un automovilista que habla por el móvil mientras conduce “pierde la capacidad de mantener una velocidad constante” y “no guarda la distancia de seguridad suficiente”.
Puesto en datos, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, tras minuto y medio de conversación el conductor deja de percibir el 40% de las señales, y además su ritmo cardíaco se acelera y tarda más en reaccionar.
Usar el móvil equivale a conducir con un gramo por litro de alcohol en sangre, el doble de lo permitido. Y, aunque en menor medida, esto también sucede en una conversación normal con un dispositivo manos libres, permitidos a bordo de los coches.
La ley de tráfico persigue no solo las llamadas, sino el envío de mensajes. Un estudio del departamento de Óptica de la Universidad de Granada (UGR) revela que la posibilidad de sufrir un accidente mientras se utiliza WhatsApp o similares se incrementa hasta un 134 % en el caso de los mayores de 55 años.
Las distracciones más comunes al conducir
A 100 km/h, una distracción de dos segundos al volante supone recorrer 56 metros sin pleno control sobre el coche. Dos canchas de baloncesto, más de dos pistas de tenis, medio campo de fútbol y un poco más. Estas son las diez causas de distracción más habituales al conducir.
- Usar el teléfono móvil para hablar o enviar un mensaje de texto
- Sincronizar o programar los componentes electrónicos del vehículo (GPS, ordenador de a bordo, CD o radio)
- Ajustar componentes del vehículo como retrovisores, asientos,
- Fatiga, estrés o somnolencia
- Hablar con el resto de pasajeros o estar pendientes de ellos
- Comer, beber o fumar
- La presencia de animales en el vehículo
- Los animales en el vehículo
- Mirar el paisaje, un cartel publicitario o un accidente en la carretera.
- Desconocer alguna función del vehículo e intentar manipularla cuando se conduce
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram