La curiosa explicación matemática para entender los atascos fantasma 

En la carretera se producen muchos embotellamientos que parece que surgen de la nada y que, de la misma manera, desaparecen.

atascos fantasma
Decenas de coches en un atasco en Madrid.

Seguro que más de un conductor ha sufrido un atasco fantasma alguna vez. Esos embotellamientos que se crean de la nada e, igualmente por la nada, desaparecen.  

La duda de qué ha podido causar el atasco, si no hay salidas ni incidentes, siempre asalta después de recuperar el flujo normal de circulación. ¿Por qué el tráfico, de repente, se ralentiza y después recupera la normalidad? 

Este tipo de embotellamientos tienen una explicación lógica detrás, aunque no lo parezca. Y es que en las carreteras existe un imperceptible efecto mariposa por el que todas las acciones que se ejecutan al volante, por mínimas que sean, tienen consecuencias.  

La Sociedad Matemática de Tráfico (o Mathematical Society of Traffic Flow, por su nombre en inglés, de la Universidad de Nagoya, Japón) demostró hace ya años en un experimento cómo se forman los atascos fantasma. Básicamente, cuando uno de los conductores reduce su velocidad de conducción, porque se despista o porque ve algún obstáculo que le obliga a frenar, su reacción provoca que el conductor que le sigue también tenga que frenar.  

Esta cadena de consecuencias se va acumulando de un conductor a otro hasta que, finalmente, el tráfico llega a pararse por completo. Una vez que los coches que preceden la fila vuelven a recuperar la velocidad normal, el flujo de la circulación se recupera.  

La fluidodinámica lo explica

La explicación matemática que resuelve el misterio de los atascos fantasma tiene su base en la fluidodinámica. Cuando hay un cierto de número de vehículos circulando por una misma vía, basta una pequeña alteración de las condiciones, como por ejemplo una ligera reducción de la velocidad, puede crecer hasta convertirse en el motivo por el que los coches tienen, incluso, que detener la marcha. 

Las condiciones que afectan a la posibilidad de que se forme un atasco fantasma son, principalmente, el número de vehículos en carretera, la capacidad de reacción de cada conductor y, por supuesto, la distancia de seguridad entre ellos. Es decir, manteniendo una distancia de seguridad adecuada y una velocidad constante se podría reducir la posibilidad de crear estos atascos fantasma. 

Cómo actuar en un atasco fantasma

El atasco fantasma viaja desde el punto en el que se crea esta densidad crítica de coches hacia atrás, pudiendo afectar a kilómetros y kilómetros de carretera. Cuando, finalmente, la perturbación del tráfico llega a un momento en el que el volumen de coches es menor, el embotellamiento desaparece y se recupera la normalidad en la circulación. 

Durante las fechas festivas, en las que es normal que haya un mayor volumen de coches en circulación, es habitual encontrarse con estos atascos fantasma. Para evitar que un embotellamiento se convierta en un accidente de tráfico, lo más aconsejado es mantener siempre la distancia de seguridad y respetar los límites de velocidad, además de extremar las precauciones y la atención al volante. 

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