Sobre los comportamientos de los conductores hay cientos de estudios. Por qué se hacen unos gestos y no otros, qué motiva a que haya individuos que al volante son más agresivos o menos o por qué se prefiere escuchar una música u otra durante los viajes.
La música es clave durante la conducción. Las marcas cada vez incluyen mejores sistemas de sonido, más conectividad con los dispositivos móviles e, incluso, la posibilidad de descargar y utilizar plataformas de música en streaming directamente desde el sistema de infoentretenimiento.
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Eso sí, llevar la música o la radio encendida no siempre es de agrado para todo el mundo. Hay algunos conductores, y no pocos, que sienten la imperiosa necesidad de apagar la música cuando van a aparcar. Curiosamente, también hay estudios hechos sobre esta manía y la explicación apunta directamente al cerebro humano.
Y es que hay manías que responden a necesidades o procesos fisiológicos o cognitivos. Por ejemplo, apagar la radio al aparcar o bajar el volumen de la música, un gesto que también se ejecuta cuando el conductor se pierde o empeora la visibilidad.
Un famoso estudio publicado en 1998 confirma por qué los conductores sienten la necesidad de apagar la radio al aparcar. En los años posteriores hubo más publicaciones similares, aunque el primer texto es de Anne-Marie Bonnel y Ervin Hafter. Este segundo autor, siguió investigando el sistema cognitivo y los sentidos.
El cerebro tiene que concentrarse
La razón por la que se busca el silencio en situaciones que requieren una mayor concentración (estacionar, reencontrar la ruta, conducir cuando llueve…) se encuentra en el cerebro. Este órgano gestiona los recursos que tiene para prestar atención al entorno y, ante varios estímulos, necesita priorizar qué sentidos utilizar.
Por esta misma razón, cuando se usan varios sentidos a la vez como el oído, escuchando música, y la vista, buscando el ángulo perfecto para aparcar, el cerebro tiene que decidir cuál de los dos sentidos utilizar, ya que no dispone de suficiente capacidad de atención para usar ambos dos.
Esta toma de decisiones del cerebro no es siempre igual: depende de la situación. Al conducir con música, una parte de la atención va al oído y otra, a la vista. Sin embargo, al aparcar, el cerebro necesita que toda a la atención vaya a la vista, ya que es el sentido que pide más energía en ese escenario.
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