El cambio climático tiene efectos desastrosos a lo largo y ancho del planeta. Por ejemplo, según las últimas investigaciones científicas, el calentamiento de las masas de agua del planeta evita que se produzcan tantos huracanes como antes, pero los que sí consiguen desarrollarse son mucho más fuertes y tienen consecuencias mucho más violentas.
La escala más utilizada para medir la intensidad de las tormentas y huracanes es la Saffir-Simpson. Según sus parámetros, la potencia se clasifica del uno al cinco según la fuerza, de menor a mayor, del huracán.
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Las cifras registradas de los últimos huracanes han llegado a superar los 309 kilómetros por hora, por lo que los científicos opinan que las categorías de Saffir-Simpson se quedan cortas. Un estudio del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley propone crear una nueva categoría que se adapte a las particularidades más agresivas de los huracanes actuales.
Más rápidos que un Ferrari
La categoría cinco de esta escala comienza en los 252 kilómetros por hora, lo que deja un vacío de más de 50 kilómetros sin cubrir en comparación con los últimos fenómenos tormentosos registrados. Por ejemplo, el huracán Patricia que asoló el Golfo de México llegó a velocidades puntas de 346 kilómetros por hora.
Se habla de velocidades que superan las máximas que pueden alcanzar los modelos más potentes de algunas marcas de hiperdeportivos, como Ferrari o Bugatti. De hecho, estos coches italianos fueron los utilizados en el ejemplo de los científicos del estudio.
Los huracanes actuales superarían, casi en todos los escenarios, los 300 kilómetros por hora. Son varios los deportivos de Ferrari que superan este umbral y llegan hasta los 340 kilómetros por hora, por lo que quedarían empatados con el huracán Patricia antes mencionado. Solo el Ferrari FXX Evoluzione de 2007 superaba en circuito los 400 km/h y muchos otros modelos pasan justos de los 300 km/h.
Escapar de un huracán
Vista esta comparativa, se plantea la inevitable duda: ¿se podría escapar de un huracán a bordo de un Ferrari? Aunque por las velocidades mencionadas pueda parecer que sí, la realidad es que sería mucho más difícil de lo que parece.
La razón es que la velocidad del viento en estas tormentas es sostenida y no experimenta variaciones, por lo que sería un verdadero reto conseguir escapar. Además, dependiendo de la orientación de las rachas, se podría perder el control del vehículo en momentos puntuales. Las consecuencias de un accidente de tráfico a esas velocidades serían, con total seguridad, mortales.
Según los registros, estos huracanes de los últimos cinco años podrían considerarse de esta nueva categoría seis:
- En 2013, el huracán Haiyan de 2013 alcanzó los 314 km/h.
- Patricia, en 2015, 346 km/h.
- El tifón Meranti de 2016 llegó a los 314 km/h.
- En 2020, Goni registró esta misma velocidad.
- El tifón Surigae de 2021 también alcanzó los 314 km/h.
Estas serían las velocidades sostenidas del huracán, mientras que es posible que en cada fenómeno de este tipo se registren rachas de una mayor velocidad.
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