El efecto rodeo toma forma. Ante la probabilidad de que las autovías españolas empiecen a ser de pago, siete de cada 10 conductores se muestran dispuestos a modificar su ruta. Elegirán carreteras secundarias, más peligrosas pero gratuitas, a cambio de evitar los peajes.
Así responden en una encuesta del Foro de Movilidad de Alphabet, compañía de gestión de flotas y movilidad corporativa, que detecta una oposición masiva a la medida.
Los planes del Gobierno no tienen fecha de ejecución, pero está comprometidos con la Unión Europea: antes o después, el Estado empezará a cobrar por el uso de las carreteras de alta capacidad.
Se trata de una de las promesas unidas al Plan de Transformación y Resiliencia enviado a Bruselas para lograr hasta 140.000 millones de euros de fondos europeos para paliar los efectos de la pandemia de covid.
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Establecer un mecanismo de pago en las autovías responde, a su vez, a una demanda del sector de las carreteras. Las empresas de conservación y otras entidades, muchas de ellas agrupadas en la Asociación Española de la Carretera, denuncian un déficit de mantenimiento de 10.000 millones de euros en la red viaria.
Conservación de carreteras
Los Presupuestos Generales del Estado de 2023 dedican a esta partida 1.548 millones de euros. Es un 12,9% más que en 2022 y la mayor cantidad de la historia. Según la asociación de empresas de conservación ACEX, sin embargo, no servirá para resolver el problema derivado de “la escasísima inversión realizada en España a lo largo de los últimos 10 años”.
ACEX apoya la idea de las autovías de pago y reclama que la recaudación se destine íntegramente a la conservación. Esta organización considera más apropiado el sistema de viñeta, con una tarifa anual única: tres precios diferenciados: 87 euros para turismos, 43,5 euros para motocicletas y 435 euros para camiones, furgonetas, autobuses y tractores.
Y aunque los planes del Ejecutivo se hayan retirado del foco debido a la coyuntura económica, al menos de momento, la ejecución está comprometida con Europa para 2024.
Cuando llegue, los conductores no la recibirán bien. Un 91% de los encuestados está en contra de las autovías de pago. Un 63% considera que solo responde a fines recaudatorios, mientras que el 28% restante afirma que, como consecuencia, habrá un desvío masivo de tráfico a las carreteras secundarias.
El 68% de los automovilistas, de hecho, reconoce que elegirá rutas alternativas. En ese caso, las vías secundarias, peor conservadas en muchas ocasiones, soportarán todavía más tráfico.
En 2022, los siniestros viales causaron la muerte de 1.145 personas, lo que supuso un aumento del 4% respecto a 2019. Los registros de la Dirección General de Tráfico señalan que 833 personas murieron en las carreteras convencionales (73%).
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