El gas licuado de petróleo (GLP o Autogas) es un combustible que ofrece una gran ventaja económica frente a los tradicionales. También en tiempos de crisis energética, cuesta la mitad que la gasolina y el gasóleo de automoción. Por eso el GLP cobra ahora interés como una alternativa energética.
Coches de GLP
Algunas marcas de coches ofrecen en sus gamas versiones que ya están adaptadas para funcionar indistintamente con gasolina o gas.
Es el caso de Renault, Dacia, Hyundai, Fiat, Ford, Jeep, SsangYong o Subaru, que disponen entre sus modelos mecánicas de este tipo. Y no solo ahorran en combustible: como son híbridas, obtienen la etiqueta ECO de la DGT.
Los coches bifuel, por otra parte, disponen de una autonomía superior. Al sumar dos depósitos de combustible, gasolina y GLP, superan en algunos casos los 1.000 kilómetros sin repostar.
Además, no se trata de una tecnología costosa y permite adaptarla a vehículos usados de una forma sencilla y asequible. Eso sí, la normativa vigente no permite hacerlo en todos los casos. Conviene informarse antes de decidirse a realizar la transformación.
¿Qué coches pueden pasarse a GLP?
Los vehículos susceptibles de realizar esta adaptación a GLP son principalmente los de gasolina. En los diésel por lo general se desaconseja, ya que resulta más complejo y costoso.
En el caso de los motores de gasolina tampoco todos son aptos. Quedan excluidos los más potentes y solo se podrán convertir a GLP los que cumplan la certificación de emisiones Euro 3.
O, lo que es lo mismo, los vehículos matriculados desde 2001. Y por supuesto, habrá que asegurarse de que estén en buen estado general para no perder el dinero invertido en la transformación por culpa de posteriores averías.
¿Cuánto cuesta convertir el coche a GLP?
En cuanto al precio, el coste de convertir un coche de gasolina para que funcione también con GLP puede oscilar entre los 1.000 y los 2.000 euros, según el modelo y la cilindrada. Una vez hecha la transformación (siempre en un taller cualificado), habrá que pasar una inspección especial en la ITV.
Allí se comprobará la seguridad del vehículo y se le otorgará la nueva etiqueta ECO. Eso último, solo a los coches que posean la homologación Euro 4, Euro 5 o Euro 6. Los que solo cumplan la Euro 3 pueden convertirse a GLP, pero no obtener la etiqueta.
Más información
La modificación no exige demasiadas intervenciones en la mecánica y los talleres especializados disponen de kits adaptados a casi todos los modelos que se instalan en un par de días.
Entre los cambios más importantes, la transformación incluye la instalación de un depósito para el gas que suele alojarse en el hueco de la rueda de repuesto del maletero. Esto se completa con un circuito para canalizar el gas hasta el motor, que incluye válvulas, filtros, sensores y un inyector específico.
Asimismo, se instala un mando para que el conductor seleccione el carburante que desee utilizar y una centralita electrónica que controla el correcto funcionamiento del nuevo sistema de alimentación.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.