Un conductor se sube al coche, arranca y observa, a través de los retrovisores, la presencia de humo blanco procedente del tubo de escape. Una escena que, lejos de lo que pueda llegar a parecer, no tiene por qué encender las alarmas. Y menos aún si es invierno.
¿La razón? Es algo completamente normal. Cuando el hidrocarburo se quema, se produce vapor de agua: al apagar el motor del coche, el frío reinante en invierno condesa ese vapor. Como consecuencia, quedarán restos de agua en el tubo de escape.
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En el momento en el que el conductor o la conductora arranca el vehículo de nuevo, la temperatura empieza a crecer. El resultado es la evaporación del agua que queda en el escape: de aquí viene el humo blanco que los coches expulsan en invierno cuando se ponen en marcha.
Suele ser poco el humo blanco que emiten y desaparece después de circular unos cuantos metros, pero ¿y si no lo hace? Lo cierto es que por el color del humo que sale del escape de un vehículo es fácil adivinar si este sufre una avería.
Humo blanco: denso y abundante
Cuando el humo es blanco, pero a diferencia del agua evaporada, es denso y abundante, es posible que haya un problema con el sistema de refrigeración. Su presencia puede indicar que, debido a que algo falla en la junta de la culata o en el motor, una parte del anticongelante ha llegado a los cilindros y allí se ha mezclado con el combustible. Esto se puede traducir un peligroso sobrecalentamiento.
Si el humo blanco no es denso y abundante, pero está acompañado de un incremento en la temperatura del motor, llegarán los tirones y el coche se calará en exceso. El problema aquí puede estar en la inyección del combustible.
Humo de otros colores
Tanto en los modelos de gasolina como en los diésel, el humo azul que sale por el escape avisa de que el motor está consumiendo aceite. Un problema que requiere una inmediata visita al taller: de lo contrario, el motor puede tener los días contados.
¿Y si el humo del escape es demasiado negro? Cuando el vehículo está impulsado por un motor diésel, la causa puede ser exceso de combustible en la mezcla. Si la cantidad es abundante, puede delatar una avería protagonizada por el filtro del aire, las bujías o los inyectores.
Por último, el humo gris es el habitual… hasta que es muy denso. Esto es señal de que está fallando el sistema de inyección y falta aire en la mezcla.
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