El cuadro de instrumentos es un elemento clave para conocer el estado del vehículo. Está integrado por multitud de testigos que, por norma general están apagados y, cuando se iluminan, suele significar que hay algún tipo de problema. Un caso relativamente común, pero que no augura nada bueno es que la luz del ABS esté encendida.
El ABS es el sistema antibloqueo de frenos y su testigo solo se ilumina si el sistema está desconectado, con lo que se pierde una ayuda inestimable durante la conducción y hace que aumente el peligro al estar al volante.
Así funciona el ABS
Como su nombre indica, la función del ABS es la de evitar que, al frenar, se bloqueen las ruedas. Esto es algo muy importante, puesto que en caso de realizar una frenada fuerte y bloquearse éstas, se pierde la tracción, haciendo que el automóvil se deslice por el asfalto sin tener control sobre él.
Así, el vehículo no se frenará hasta que pierda inercia o choque con algún obstáculo presente en su trayectoria.
Esta tecnología, que está disponible para los automóviles desde hace años, es obligatoria para los coches nuevos en Europa desde 2003, algo que obedece a que disponer o no de este sistema hace que conducir un vehículo sea mucho más peligroso.
@autoaprende Testigo de AbS prendido 🤔 #autoaprende #frenosabs ♬ Kayblack X Matue X Teto Type Beat – mc igu23
¿Por qué enciende la luz de ABS
Es un problema que hace que la conducción suponga un riesgo, pero los motivos que la provocan son muy variados y de distinta gravedad:
- Uno de los sensores de velocidad de la rueda se ha ensuciado
- Se ha roto algún cable situado entre los sensores y el controlador del ABS
- Se ha fundido un fusible
- El controlador del ABS ha dejado de funcionar
También, aunque no es tan común y depende del coche, es posible que se encienda porque el nivel del líquido de frenos es bajo.
Es la dificultad de diagnóstico, más que la de solventar el problema, lo que hace que ante una luz del ABS encendida, lo más recomendable sea ir directamente al taller para que solventen el problema.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.