Este es un aviso tanto para conductores como para pasajeros: hay ciertos accesorios y complementos que, pese a parecer inofensivos, pueden provocar daños graves en caso de accidente. De hecho, las lesiones pueden llegar a ser mortales.
A la hora de conducir o viajar en un coche, hay que dejar la moda de lado y pensar en la seguridad, empezando por el cabello o, mejor dicho, por el peinado.
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Las pinzas de pelo son un objeto de lo más común y práctico, ya que permiten recoger todo el cabello sin esfuerzo y, cabe decirlo, con estilo. Sin embargo, dentro del coche es mejor quitársela.
En uno de sus vídeos, la médica Sri Manivannan ha querido avisar de los riesgos de llevar una pinza de pelo colocada en la cabeza en caso de accidente de tráfico. En las imágenes se ven casos de pacientes en los que la pinza llegó a quedar incrustada en el cráneo.
De hecho, hace poco más de un año, una joven de Reino Unido contó su historia sobre cómo una simple pinza de pelo casi le cuesta la vida. Tras verse involucrada en un accidente de tráfico por culpa de una niebla muy intensa, los médicos que la atendieron en el hospital constataron que, por culpa de este accesorio de pelo, sufrió un corte de 30 centímetros desde la ceja izquierda hasta la nuca.
Quitarse la pinza del pelo y el abrigo
“Quiero aconsejar a las personas que se quiten las pinzas para el cabello antes de conducir, porque me preocupa que pueda pasarle a otra persona. Tuve mucha suerte, pero no quiero que nadie más corra el riesgo”, agregó.
Tanto a la hora de ponerse al volante como de ir en el asiento del pasajero, es necesario revisar que el habitáculo es un sitio seguro y que no hay objetos sueltos que puedan convertirse en un potencial proyectil en caso de colisión.
Igualmente, además de quitarse la pinza del pelo y otros complementos que puedan suponer un riesgo, hay que evitar vestir ropa de abrigo para que los cinturones puedan cumplir con sus función. En el caso del conductor, también hay que revisar si el calzado es apto para conducir con seguridad.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.