Un conductor no puede influir sobre el precio de los hidrocarburos, pero puede utilizar dos trucos para intentar sacar algo de beneficio, ambos relacionadas con el momento en el que se va a la gasolina a repostar, aunque por dos motivos muy distintos.
El primero es el relativo a que las gasolineras cambian el precio del combustible en función de la demanda.
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El día más barato para repostar
Las fluctuaciones de precio es algo que queda patente cuando se aproximan desplazamientos, como pueden ser puentes u operaciones salida o regreso por vacaciones. En los días en los que hay más movimiento, tanto la gasolina como el diésel suelen ser más caros.
Es una situación que también se puede detectar, aunque sea a menor escala, los fines de semana. Es por eso que una recomendación para ahorrar algo de dinero es la de repostar un lunes en lugar de un viernes.
La mejor hora para echar combustible
No solo por días varían los precios, estos también pueden cambiar según la franja horaria. La mayoría de las estaciones de servicio cambian sus tarifas cuando es medianoche, pero no siempre es así. Es por eso que es mejor evitar horas punta de demanda de combustible, como puede ser media mañana o las cinco de la tarde, para evitar posibles picos de precio.
Repostar por la mañana: ¿conviene por la temperatura?
Aunque el principio de esta teoría tenga sentido, conseguir un posible ahorro repostando en horas de menos calor no deja de ser una leyenda urbana.
Y la razón es que este fenómeno de dilatación al ascender la temperatura incrementa de forma imperceptible el volumen ocupado por el combustible, pero no afecta a su poder energético intrínseco que permanecerá invariado.
Lo que se puede verificar en las condiciones extremas de un laboratorio no se puede dar en las situaciones reales porque es imposible que las diferencias térmicas ambientales oscilen tanto como para registrar una variación significativa en el volumen del combustible repostado.
Teniendo en cuenta la capacidad habitual de los depósitos de combustible, entre 45 y 65 litros, la diferencia entre el precio de un llenado entre las horas de temperatura mínima y máxima del día será por lo tanto despreciable.
Además, hay que tener en cuenta que en las estaciones de servicio, los combustibles se almacenan en cubas subterráneas a varios metros de profundidad, donde la temperatura permanece estable y sin que el contenido experimente hipotéticas dilataciones por el calor exterior.
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