El paso del tiempo, las inclemencias meteorológicas y otros factores actúan sobre la carrocería y los faros de los coches. La chapa sufre diversos efectos, como la oxidación, la acumulación de suciedad, arañazos, abolladuras y decoloración. Estos factores pueden contribuir a que la carrocería se aprecie el desgaste y pierda su brillo original.
Además, la exposición constante a la luz solar, la lluvia, la nieve, el barro y otros elementos ambientales causará daños a la pintura y al acabado exterior del vehículo. Por su parte, los faros de los coches tienden a opacarse y amarillear debido a la exposición prolongada a los rayos UV del sol, la contaminación ambiental o la suciedad.
Esta opacidad reduce la eficacia de los faros para iluminar la carretera durante la noche, lo que afecta la visibilidad y la seguridad del conductor. Para mantener los faros del coche en buen estado, es importante realizar una limpieza regular con un paño suave y agua jabonosa para eliminar la suciedad y los residuos acumulados. Si los faros del coche ya están adquiriendo un tono amarillento, este truco casero ayuda a su limpieza.
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Dos ingredientes
Es fundamental recalcar que este remedio casero sirve única y exclusivamente para limpiar el faro y quitarle el tono amarillo cuando está en sus primeros estadios. Solo limpia, no pule el faro. Por lo tanto, si la óptica ya está muy opaca, este recurso es inservible. Volviendo al ungüento para que los faros vuelvan a cobrar vida, únicamente se necesitan dos ingredientes que son muy sencillos de conseguir: carbón y limón.
Bien es cierto que el carbón no es una cosa que todo el mundo tenga a mano en casa continuamente, salvo que se disponga de una chimenea de leña. Por eso, ahora que se acerca el buen tiempo y las barbacoas en casa de algún conocido están a la orden del día, se puede guardar unos cuantos trozos (una vez fríos) en un recipiente e irlos usando cada vez que se necesiten.
Resultados más que aceptables
Tal y como se aprecian en diferentes vídeos de YouTube o TikTok, esta potente mezcla sirve para otras muchas labores de limpieza, no exclusivamente para los faros de los coches. Así, se puede ver en estas filmaciones cómo la mezcla del carbón y el limón arrancan la grasa incrustada de las sartenes y cacerolas, dejándolas como recién compradas.
Para preparar la mezcla, hay que seguir tres sencillos pasos:
- Meter el carbón en una bolsa de plástico y triturarlo con un martillo hasta que se convierta en polvo.
- Ese primer polvo resultante hay que volver a triturarlo. De esta manera se terminan de tamizar los trozos más grandes y se obtiene un fino polvo negro.
- El último paso es mezclar bien esa fina ceniza con el zumo resultante de exprimir un limón. Si se observa que queda muy espeso, se debe añadir algo más de zumo.
Aplicar y dejar reposar
Para concluir, esa pasta de polvo de carbón y limón se debe de aplicar a los faros con un cepillo de dientes, realizando círculos sobre la superficie de la óptica. Para que este truco casero haga su trabajo, una vez extendido por todo el área del faro, se debe dejar reposar 15 minutos. Pasado ese tiempo se aclarará exhaustivamente con abundante agua tibia.
El último trámite también es importante. Con la ayuda de un paño de microfibra, se seca el agua empleando también los mismos movimientos circulares. De esta manera, además, se consigue abrillantar el faro.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.