El filtro de partículas diésel (también conocido como FDP, filtro antipartículas o FAP) es un componente esencial de los vehículos diésel modernos. Su función principal es atrapar las partículas sólidas, como el hollín, que se generan durante la combustión del combustible. Estas partículas son altamente contaminantes y perjudiciales para la salud y el medioambiente. Al retener estas partículas, el filtro de partículas contribuye significativamente a reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire.
Gracias a que este componente se encarga de filtrar y eliminar las partículas sólidas generadas por estos motores, una vez el filtro está lleno, él mismo incinera las partículas almacenadas, reduciendo así el nivel de emisiones. La vida útil de un filtro de partículas diésel es variable y depende en gran medida del uso que se le dé al vehículo. Factores como la frecuencia de trayectos cortos a baja velocidad, la calidad del combustible y el mantenimiento general del motor influyen directamente en su durabilidad.
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¿Cada cuánto tiempo se debe cambiar?
Aunque no existe un plazo fijo para el cambio del filtro de partículas diésel, existen estimaciones de los fabricantes que recomiendan sustituir el filtro de partículas en los coches diésel cada cuatro años u 80.000 kilómetros. Aunque, si se aprecia un aumento en el consumo de combustible, una pérdida de potencia o si el sistema de regeneración no funciona correctamente, es probable que el DPF esté llegando al final de su vida útil y necesite ser reemplazado.
Filtro de partículas bloqueado
Uno de los problemas habituales que suelen manifestarse en los filtros de partículas diésel es su obstrucción. Esta suele mostrarse a través de diferentes señales:
- Luces de advertencia: en el tablero del vehículo se enciende una luz de aviso específica, indicando un problema en el sistema de gestión de las emisiones.
- Pérdida de potencia: el motor puede perder potencia y responder con lentitud al acelerador.
- Aumento del consumo de combustible: un DPF obstruido puede provocar un incremento en el consumo de combustible.
- Humo negro: en algunos casos, se puede observar una emisión de humo negro por el tubo de escape, especialmente al acelerar.
Si existen sospechas de que el DPF está bloqueado, es recomendable llevar el vehículo a un taller especializado para que efectúen un diagnóstico preciso y determinen la causa del problema.

Eliminación del filtro de partículas
La eliminación del filtro de partículas diésel es una práctica ilegal que conlleva graves consecuencias. Además de las multas económicas y sanciones administrativas, manipular los sistemas de control de emisiones hacen que no se supere la inspección técnica de vehículos (ITV). La manipulación o la eliminación de este componente puede dar lugar a la inmovilización del vehículo o incluso la retirada de la ficha técnica.
Esta acción tiene un impacto ambiental significativo, ya que aumenta considerablemente la emisión de partículas contaminantes, perjudicando la calidad del aire y la salud pública. Asimismo, la supresión del filtro puede ocasionar daños en el motor y otros componentes del sistema de escape, reduciendo la vida útil del vehículo.
Prolongar la vida útil
Para prolongar la vida útil del filtro de partículas diésel y evitar problemas, es recomendable seguir algunos consejos. Por ejemplo, se deben hacer viajes largos de vez en cuando, a velocidades sostenidas, para favorecer la regeneración automática del filtro. También es necesario llenar el depósito con combustible diésel de calidad para reducir la formación de hollín.
Asimismo, es indispensable seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto al mantenimiento del vehículo, realizar las revisiones periódicas y consultar con un mecánico especializado antes de utilizar cualquier aditivo para limpiar el filtro, ya que un uso inadecuado puede dañarlo.

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