Según la RAE, dícese de nómada: ‘Aquel que va de un lugar a otro sin tener residencia fija’. En pleno siglo XXI, los movimientos humanos están más que asentados en torno, sobre todo, a grandes urbes. La población viaja de un lado a otro, mayoritariamente, por placer. Desplazarse con la casa a cuestas es cosa del pasado, o no. Un pequeño reducto de rebeldes prefiere desplazarse tal y como lo hacían los nómadas.
Este pequeño grupo de personas, que, según las cifras, no paran de crecer, tanto en España como en el resto de países de nuestro entorno, están llevando al mundo de las furgonetas camperizadas a otro nivel. Durante 2023, se vendieron 2.756 cámperes y 2.533 autocaravanas en España. Un año antes, en 2022, se matricularon 2.281 modelos de cámper y 3.065 de autocaravanas. Así, el parque móvil de vehículos recreativos en España ha alcanzado la marca de las 300.000 unidades.
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Caravanas, autocaravanas y cámpers
Tres grupos diferentes componen el parque de vehículos recreativos: caravanas, autocaravanas y cámpers. Aunque pueden parecer lo mismo, existen variaciones entre ellas. La principal entre una caravana, una autocaravana y una cámper radica en su forma de desplazamiento y estructura. Una caravana es un remolque que se engancha a otro vehículo para ser transportado. En cambio, las autocaravanas y las campers son vehículos independientes que se pueden conducir y tienen la parte trasera amueblada y equipada para residir temporalmente en ellos.
Aunque entre estas dos últimas, también existen disparidades. La autocaravana es una estructura diseñada para vivienda que se monta sobre un chasis de pequeño camión o furgoneta. Por otro lado, el camper es una furgoneta o furgón cuyo interior ha sido adaptado para funcionar como vehículo vivienda.
Volkswagen Grand California 600
La compañía alemana Road Surfer, una de las pioneras en el alquiler de furgonetas cámper, puso a disposición de este medio, para realizar la prueba de uno de sus modelos. Concretamente, la Volkswagen Grand California 600. Dentro del segmento de este tipo de vehículos, se encuentra entre los más grandes. La empresa dispone de modelos más pequeños y, también, de las auténticas casas sobre ruedas: las autocaravanas.
La Volkswagen Grand California 600 es un vehículo enorme, pero que se puede conducir con el permiso B (el de coche). Mide 5,98 metros de largo, 2,04 metros de ancho y 2,97 metros de altura. La distancia entre ejes es de 3,64 metros y el peso de 3.110 kilogramos. Monta un motor diésel de cuatro cilindros y 2.0 litros de cilindrada que entrega una potencia de 177 CV para una velocidad máxima de 162 km/h. Está movida por una caja de cambios automática de ocho velocidades.
Al volante
Lo primero que llama la atención es el tamaño de esta Grand California 600. El primer pensamiento que asalta al conductor es que se necesita un carnet de camión para manejar semejante vehículo, pero nada más lejos de la realidad. Con la licencia de coche es suficiente, ya que ya que este autoriza a a la conducción de automóviles cuya masa máxima autorizada (MMA) no exceda de 3.500 kg. Lo cierto es que una vez sentado al volante toda esa enormidad desaparece.
No es que se conduzca como un utilitario, ni mucho menos, pero una vez en marcha las reacciones son muy parecidas a las de cualquier otro vehículo. Solo hay que tener en cuenta que se arrastra una masa de más de tres toneladas, lo que obliga a anticiparse a, por ejemplo, las frenadas y los cambios de dirección, para evitar inercias que pueden descontrolar el manejo.
Sensaciones de conducción
Una vez superados los primeros kilómetros y habiendo comprendido las reacciones de la Grand California, conducirla se antoja como algo sencillo. La dirección es muy precisa, llevándola por el sitio que quiere el conductor. Su entorno ideal son las autovías y autopistas, para no parar de devorar kilómetros, pero se desenvuelve igual de bien en carreteras secundarias con buen asfalto.
Por su parte, en las vías de montaña bacheadas y con muchas curvas, muestra su peor desempeño. No es que no se conduzca bien por estos parajes, ya que la Grand California se atreve con todos los tipos de carreteras, pero debido a su anchura y altura, en las calzadas estrechas se penaliza su conducción.
Servicios a bordo
Una gran cámper como esta permite llegar hasta los confines del mundo. Es el vehículo ideal para circunnavegar el planeta. Un viajero solitario, una pareja, e incluso, un matrimonio con un par de niños van a disponer de todo lo necesario para disfrutar viajando. La Grand California 600 cuenta con una zona de cocina con dos fuegos para preparar todo tipo de comidas. A su lado, un fregadero con agua limpia que sale de su depósito de 100 litros. Este mismo también surte al grifo del baño, a la ducha y a la manguera exterior.
Siguiendo en la cocina, además de la pequeña encimera, también hay algunos cajones con cierre para transportar el menaje de cocina y demás utensilios. Corona esta zona de restauración, una nevera con una muy buena capacidad para botellas y alimentos. También dispone de un pequeño congelador. Para hacer vida y comer, además de la mesa exterior y las sillas (que van guardadas en las puertas traseras) dispone de otra mesa abatible en el interior, junto a la segunda fila de asientos. Las butacas del conductor y el pasajero se giran para situarse en torno a dicha mesa.
Baño y camas
Lo que más llama la atención de esta cámper son las dos amplias camas y el pequeño baño que le confieren, junto a la cocina, total autonomía para moverse de un lado a otro sin pisar un hotel, por ejemplo. La primera cama se sitúa en el techo de la furgoneta y es ideal para niños o adultos de no más de 1,70 metros. La segunda, se ubica en la parte trasera del vehículo, tras la cocina y el baño, y es perfecta para todas las tallas, incluso las más grandes. Además, es supercómoda. Dos adultos duermen perfectamente sin echar de menos la cama de su casa.
El somier, construido en una estructura 3D plástica, aguanta el peso y la forma del cuerpo sin perder firmeza. Por su parte, el baño, aunque es estrecho, permite ducharse con agua caliente, gracias a las dos bombonas de butano que van instaladas debajo de la cama, que proveen de agua caliente y calefacción —cuando el vehículo está parado— a esta Grand California. El váter es químico, como el de los aviones; dispone de un pequeño depósito de aguas negras que hay que vaciar tras los días de utilización.
Impresiones finales
Lo mejor de esta cámper es su gran capacidad para pasar muchos días fuera de casa o recorrer el mundo al ritmo que se quiera. El límite lo pone el camino por el que se quiera pasar, no el vehículo. Lo único que hay que tener en cuenta es su peso y altura a la hora de conducir, por ejemplo, con mucho viento. La gran superficie de la carrocería puede hacer que se mueva en demasía, comparándola con la de un coche. La altura también marcará el paso por túneles y aparcamientos.
En definitiva, un vehículo que es, además, una pequeña casa. Como todo, el precio a pagar es elevado. Una Volkswagen Grand California 600 cuesta desde 90.760 euros, a lo que habría que sumar algún elemento extra en la preparación que añadiría cientos de euros más a la factura final. La empresa Road Surfer, que ha cedido este vehículo para la prueba, los alquila en su página web desde 159 euros al día. Aunque hay otros más pequeños, e incluso más grandes, con otros rangos de precios.
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