A lo largo de 2025, la Dirección General de Tráfico (DGT) está instalando 122 nuevos puntos de control de velocidad. En marzo entraron en funcionamiento 17 de esos nuevos dispositivos: nueve son fijos, ocho son de tramo… y uno está ubicado en una rotonda.
Están repartidos por las carreteras de seis comunidades autónomas; una de ellas es Castilla y León. Allí y, más concretamente, en Salamanca es posible cruzarse con un radar de tramo que vigila una rotonda.
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Se trata de la intersección que está junto al hipermercado E. Leclerc con el que comparte nombre. El radar está ubicado en la SA-20 y abarca desde el punto kilómetro 91,975 hasta el 92,436.
Desde abril, cuando acabó el período de adaptación, las multas son reales. El radar vigila un tramo de 416 metros y, al estar limitado a 50 km/h, los conductores tienen que recorrerlo en 33 segundos o más para no ser sancionados.
Limitada a 50 km/h
A pesar de ello, la jefatura provincial de Tráfico, revela que, cada día, interceptan, de media, a una persona que no respeta la velocidad de la vía. Las autoridades han interceptado a vehículos circulando a 70 km/h cuando el límite es de 50.
Explican que, además, de no respetar el máximo de la vía, esto impide que otros usuarios se puedan incorporar a la intersección. ¿El resultado? La rotonda no cumple su función disuasoria.
20.000 vehículos cada día
En abril, 19 usuarios fueron multados: la cifra está por debajo de la media porque el período de prueba abarcó parte de este mes. En mayo fueron 25 y si las cosas siguen así, según las cuentas de la ciudad, podría convertirse en uno de los radares que más multan en Salamanca.
No es de extrañar: Salamanca Hoy explica que, según los datos facilitados por Tráfico, esta glorieta es la que mayor intensidad de circulación tiene. Por ella pasan 20.000 vehículos cada día y uno de los problemas recurrentes es el exceso de velocidad de los mismos.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.