Los modelos GS de BMW cuentan con una muy buena reputación entre la comunidad motera, se presentan como una de las opciones predilectas para aquéllos que buscan un moto rutera con capacidad para salir del asfalto y para 2018 se renuevan totalmente. Tras una década en el mercado sin grandes cambios, la marca bávara ha rehecho sus BMW F 750 GS y F 850 GS de arriba abajo.
Ambas comparten el mismo concepto, pero a niveles distintos. Es algo que queda claro desde el propio motor, un bloque bicilíndrico de 853cc que entrega 77 CV de potencia en la 750 y aumenta hasta los 95 CV en la 850. Cuenta con una caja de cambios de seis relaciones y con un embrague antirrebote que reduce la fuerza necesaria que hay que aplicar en la maneta.
Completamente nuevo es también su bastidor de acero de construcción monocasco, que integra el motor como elemento de soporte y recoloca el depósito de combustible (ahora en posición convencional y no bajo el asiento), optimizando la capacidad de almacenamiento y el centro de gravedad.
De serie cuenta con un completo equipamiento tecnológico, como los sistemas ABS y de control de tracción, además de los modos de conducción ‘Road’ y ‘Rain’, aunque de manera opcional se pueden añadir el sistema de control de tracción dinámico, un ABS Pro y tres modos de conducción extra: ‘Dynamic’, ‘Enduro’ y ‘Enduro Pro’, este último reservado a la F 850 GS.
Por último, BMW no ha escatimado en la línea de accesorios disponibles para que sus clientes las puedan personalizar al gusto: el sistema Connected Ride con pantalla TFT, asientos de varias alturas, nuevas ópticas, suspensiones de ajuste electrónico, parabrisas regulable…
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram