Honda pierde terreno en otra importante carrera

Junto al desastre de sus resultados en MotoGP, el gigante japonés de la motocicleta llega tarde en sus planes de electrificación.

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Foto: Honda

Honda volvió a ser la marca que más motocicletas vendió en el mundo durante el ejercicio 2021 y con diferencia abrumadora sobre el resto de los protagonistas del sector. El gigante japonés de la automoción juega un papel determinante desde años en este mercado global de las dos ruedas, con un enorme volumen de ventas en el sureste asiático, así como en otros países complementarios.

Sin embargo, el poderío de Honda ha quedado eclipsado en la competición desde que una grave lesión mantuviera alejado de las pistas a Marc Márquez, la gran estrella de la casa del Ala Dorada en el Mundial de MotoGP. Sin el ilerdense en las carreras, el otrora intocable equipo HRC ha quedado desdibujado hasta cosechar los peores resultados de su historia reciente.

La estructura que dirige Alberto Puig tiene como única esperanza para su recuperación que el regreso a la actividad del mayor de los hermanos Márquez termine por concretarse.

Los desafíos para Honda van más allá de la competición. Su hegemonía en el mercado global podría verse en peligro por el retraso con el que afrontan los planes de electrificación de su gama. Un objetivo irrenunciable para toda la industria del motor pero que en su caso ha parecido condenado al ostracismo hasta hace muy poco.

Mirando al futuro

Honda presentó recientemente un ambicioso plan dirigido a conseguir la neutralidad de carbono de sus productos, poniendo el foco en las motorizaciones sin emisiones. Apunta, para empezar, un plazo tan largo como alcanzar sus metas como “durante la década de 2040”, cuando otros muchos actores de la industria, de las dos y cuatro ruedas, señalan plazos significativamente más cortos.

Su estrategia realiza pocas aportaciones a lo que ya es común en la automoción mundial. Desde modelos eléctricos por completo a la creación de plataformas estructurales comunes para diferentes propuestas sin emisiones, pasando por iniciativas para desarrollar la infraestructura de carga, la popularización del uso compartido de baterías o la evolución de los programas de gestión de toda la tecnología eléctrica.

Ideas todas ellas en marcha desde hace tiempo, incluyendo algunas de competidores directos de la marca japonesa de referencia. La propia Harley-Davidson, que apunta a segmentos bien diferentes del mercado, tiene desde hace casi una década una moto eléctrica; la estadounidense Zero dispone de una gama variada como la que ahora promete Honda; o la taiwanesa Kymco trabaja desde hace tiempo en un servicio de intercambio de baterías para los usuarios de sus escúteres sin emisiones.

Sorprende, por tanto, que un plan presentado como estratégico, trascendental e innovador por la compañía ofrezca tan pocos alicientes para unos clientes que, cada vez más, reclaman opciones de movilidad sostenible. Honda deberá recuperar el tiempo perdido si quiere mantenerse como la referencia indiscutible de una industria en plena transformación.

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Raúl Romojaro

Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.

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