El segmento de las grandes trail se encuentra tan concurrido y competido que ningún fabricante puede relajarse si quiere mantener sus aspiraciones en el mercado. Es así como Suzuki actualiza su modelo superior de la categoría, una V-Strom que ahora pasa a denominarse 1150 por la mayor cilindrada de su motor. Pero es mucho más lo que aporta la tercera generación de una moto que evoca en su diseño en la DR Big, toda una leyenda en la historia de la marca japonesa.
Esa inspiración retro está en auge en el sector de la moto (quizá por la edad media cada vez más elevada de los motoristas) y Suzuki se suma a esta tendencia presentando un estilo completamente inédito para la V-Strom 1150.
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Para ello toma como referencia las inolvidables DR Z y DR Big, con su característico guardabarros delantero con forma de pico de pato, que tanta personalidad aportaba a aquellas trail de finales de los años 80. Incluso existe una combinación de colores (blanco y naranja) que se asocia a los que utilizó la marca en las competiciones desérticas de la época.
Las novedades de esta V-Strom van mucho más allá de retoques estéticos. Por lo que se refiere a la mecánica, el propulsor bicilíndrico en V a 90º, con refrigeración líquida, pasa a cubicar 1.037cc y eleva así su potencia hasta los 106 CV (eran 99 CV en la anterior versión 1000). Más rendimiento y también más eficiencia, puesto que se anticipa a la normativa que entrará en vigor a partir de 2021 y su homologación de emisiones es Euro 5.
La tecnología evoluciona añadiendo elementos tan valiosos como el acelerador electrónico, encendido por doble bujía, control de crucero, tres modos de conducción, control de tracción, nueva sincronización del árbol de levas, centralita electrónica más avanzada… En definitiva, todo lo necesario para que la V-Strom 1150 ofrezca un placer y eficacia en la conducción superior a los modelos precedentes y equiparable a las mejores referencias del segmento de las grandes trail.
El chasis sigue siendo una estructura de doble viga en aluminio, al que se ancla una horquilla invertida con barras de 44 milímetros en el eje delantero y un monoamortiguador en el trasero, ambos regulables para adaptar su tarado a las exigencias del piloto. El equipo de frenos se confía a dos discos flotantes en la rueda delantera y otro sencillo en la trasera, mientras que las llantas tienes, respectivamente, un diámetro de 19 y 17 pulgadas.
Suzuki ofrece la V-Strom 1150 en dos variantes. La básica tiene un precio de 13.029 euros, mientras que la bautizada como XT eleva esta cantidad hasta los 14.629 euros. Un incremento que se justifica por un mayor equipamiento de serie, con detalles como un ABS específico para curvas, frenada combinada, llantas de radios (apreciadas por los aficionados a la conducción fuera del asfalto), asiento del conductor regulable en altura, cubremanetas y un largo etcétera que hacen realmente interesante esta alternativa por esos 1.600 euros más en la tarifa.
Además, Suzuki ofrece a sus clientes una completa lista de accesorios que permite preparar la V-Strom 1150 para grandes aventuras, desde el caballete central a los puños calefactables, pasando por un juego de tres maletas metálicas, protecciones para la carrocería, faros antiniebla, protector de la cadena o cubremanos.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.